Ninguna política se ha de fundar en la decisión de exterminar al adversario; no sólo —y ya es mucho—porque moralmente es una abominación, sino porque, además, es materialmente irrealizable; y la sangre injustamente vertida por el odio, con propósito de exterminio, renace y retoña y fructifica en frutos de maldición; maldición no sobre los que la derramaron, desgraciadamente, sino sobre el propio país que la ha absorbido para colmo de la desventura.Diario Córdoba – 2 March de 2015; Mas Madera?