Cuevas-Barranquero, José Miguel (2016). Evaluación de persuasión coercitiva en contextos grupales. p. 237. Consultado el 8 de septiembre de 2023. «Hassan (1990) distingue entre lavado de cerebro y control mental, considerando el
primero un fenómeno mucho más coercitivo y directo. En el lavado de cerebro la
víctima se mostraría menos participativa y su sometimiento vendría a ser más
consciente e involuntaria. Por el contrario, en el control mental la víctima recibiría una
manipulación mucho más sutil, mostrándose partícipe y más colaboradora, sin conocer que sus ―nuevos amigos‖ en realidad están sometiéndole. A diferencia del lavado de cerebro, en el control mental no será habitual el abuso físico o las amenazas directas, estando más presente la manipulación y el engaño, dirigidos a que el miembro vaya adoptando las directrices indicadas por el grupo.»