Barón de Finestrat [José Luis de la Guardia y Pascual del Pobil], Nobiliario Alicantino (Aranjuez, Doce Calles, 2003), p. 22. Pasqual del Pobil en ABCGenealogía.
alava.net
El acta de bautismo de esta señora y otras partidas sacramentales de la familia Álvarez obran en el ADA, fondo Álava-Velasco, sig. 015-084. Catálogo del ADA en Álava.net.
almadronesyelgreco.blogspot.com.es
La capellanía de Almadrones era un pingüe beneficio simple que había fundado Miguel del Olmo y de la Riva, obispo que fue de Cuenca. El canónigo y arcediano Miguel Álvarez fue proveído capellán por Pedro Regalado Álvarez de Landázuri, su hermano entero, natural de Peñafiel, que ejercía el patronato de sangre como marido de Jerónima Ramona del Olmo, nacida en Valladolid, pariente consanguínea del fundador. Los citados patronos tuvieron por hijos a Matías Álvarez del Olmo y a Juana Álvarez del Olmo, sucesora en su parte del patronato y mujer de Nicasio José de Velasco y Álava. El arcediano debió de morir en 1812, año en que le sucedió en la citada capellanía Manuel Cortés, hijo de Micaela del Olmo. Véase Antonio Redondo Paredes, «El origen del apostolado de Almadrones» en su blog Almadrones y El Greco. Había testado el 4 de febrero de 1789 designando por testamentario suyo, entre otros, a su sobrino Cayetano Rodríguez de los Ríos y Álvarez, III Marqués de Santiago. AHPM, prot. 21.658, fol. 106, ápud Matilla Tascón, loc. cit., n.º 4.
andalucia.cc
«La presencia de la Corte en Sevilla [...] entre 1729 y 1733 iba a resultar crucial para la difusión de la pintura de Murillo a escala nacional, principalmente gracias a la labor de la reina Isabel de Farnesio, entusiasmada con la obra de nuestro maestro. Siguiendo el ejemplo regio, las colecciones más notables del ambiente cortesano iban a incluir cuadros del artista, como la del Marqués de Santiago, "cuyos murillos eran unánimemente celebrados como de los mejores del pintor"». Alfredo Ureña Uceda, «La pintura andaluza en el coleccionismo de los siglos XVII y XVIII», en Cuadernos de arte e iconografía n.º 13 (1998). Esta selección de murillos incluía cinco de los doce que formaban la serie de Historia de Abrahán y de Jacob, encargada al pintor sevillano por su paisano el marqués de Ayamonte. Francisco López de Solé y Martín de Vargas, Conde de Cabra y Marqués de Ayamonte, Historias sobre el pasado glorioso de la Casa de Ayamonte (conferencia pronunciada en Ayamonte el 29 de julio de 2000)Archivado el 28 de octubre de 2007 en Wayback Machine., cap. VI, texto y nota 20.
archive.org
«M. de Santiago. Very profligate and loose in her manners and conversation, and scarcely admitted into female society. As the late Dss. of Alba and the Dow. Marquesa de Santa Cruz, however they may have indulged themselves, never wantonly violated decency in their conversation or deportment, but the Santiago is said to boast of her nocturnal revels. She is immensely rich. Her husband is a well-bred man, a Navarrese.» Elizabeth Lady Holland, The spanish journal (London, Longmans, 1910), p. 198-199. P.J. Fernández refiere (op. cit., sin citar la fuente) «una sátira de la época» según la cual «no había uno, chico o grande, en su casa, que no la hubiese tratado; llegando a tanto su desenvoltura que habiendo despedido a un paje, éste le suplicó que lo volviese a tomar, siquiera por las confianzas que había tenido; y ella le contestó: ¿A eso te agarras? Hasta el último galopín de la cocina me ha atacado, y el día que me dé la gana los pondré a todos en la calle». Con ser apócrifa, esta anécdota refleja la fama que se echaba la marquesa haciendo gala de un descoco que tenía mucho de pose.
Don Ernesto Raburrieta y Fernández, marqués del Corcel de Santiago (título pontificio) es un entrañable viejo verde que, enamorado como un colegial de la vedette Palmera Suaretti, se dedica a sufragar sus carísimos caprichos sin conseguir nunca sus favores. Con este personaje, Jardiel satiriza a un cierto tipo de aristócrata frívolo y decadente, característico de la belle époque (prolongada en España hasta la caída de la monarquía). El primer capítulo de la novela —a modo de salida a escena del marqués y la vedette— puede leerse aquíArchivado el 16 de marzo de 2016 en Wayback Machine., y está ilustrado con el escudo de armas del noble, cuyos primeros cuarteles traen los palos de Aragón y un cavallino rampante.
caracenilla.com
En Uterviejo había una iglesia románica del siglo XIII dedicada a San Miguel Arcángel, hoy en ruinas, y que fue parroquial hasta que el lugar se despobló a principios del siglo XX. Era hijuela de la de San José y Santo Domingo de Silos de Caracenilla, y la servía el cura de ésta. Historia de Uterviejo.
Gutiérrez Pastor le tiene por «uno de los primeros coleccionistas de Murillo». Su pinacoteca incluía también la Perrita con lazos rojos de Antolínez, obra que por «el cuidado con que está pintada» —según el mismo autor— «obliga a considerarla también un retrato, aunque sea de una perrita de compañía». «En el siglo XVIII perteneció en Madrid al marqués de Santiago», y más tarde a la colección Stirling-Maxwell. Ismael Gutiérrez Pastor, «José Antolínez (Madrid, 1635–1675)», en la web Coll & Cortés, citando a Galindo San Miguel (op. cit.) y a Allende-Salazar (op. cit., p. 179). «El extracto documental de Allende Salazar no menciona el cuadro de la Perrita [... pero está] perfectamente identificado en los inventarios posteriores de don Francisco Esteban Rodríguez de los Ríos».
«Su padre, don Juan Rodríguez de los Ríos [sic, aunque no se apellidaba de los Ríos], que falleció en 1683, fue tesorero de las salinas de Atienza, Espartinas y Cuenca, y un gran cliente de Antolínez, como quedó acreditado en el expediente de caballería de don Gaspar de Saravia Antolínez, pues le había encargado retratos y cuadros de tema religioso que mostraban las firmas del pintor». Y Francisca Bernal de los Ríos, su mujer, fue «cliente a su vez de Palomino y de otros contemporáneos». Ismael Gutiérrez Pastor en la web antes citada, remitiéndose a Juan Allende-Salazar (op. cit.) y al expediente de Calatrava de Gaspar de Saravia Antolínez (n.º 2.415 de los obrantes en el AHN). «En el documento son especialmente relevantes para la historia de la pintura en el Madrid del siglo XVII las declaraciones de Juan Esteban de Moxarres, presbítero y pintor, de 74 años aproximadamente; Pedro Ruiz González, pintor y presbítero, de 54 años; Martín Salcedo, de 55 años; Diego González de Vega, presbítero y sacristán del Hospital de los Italianos, de 76 años; Matías de Torres, de 48 años; y Antonio Castrejón, de 70 años».
fincaparchite.es
La marquesa de la Cimada era poseedora de los vínculos y patronatos de esta línea de los Lasso de la Vega y sus agregados de los Gil y los Villalón. Incluía este patrimonio el cortijo de La Cimada, que daba denominación al marquesado, y los de Morosanto, Los Villalones y La Parchite, todos en la jurisdicción de la ciudad de Ronda, el señorío de la villa de Pizarra, y más hacienda en otros lugares de la misma provincia. El 5 de julio de 1813 su hijo Antonio María, marqués de Santiago, apoderó para tomar posesión de estos mayorazgos, y para pleitos, a Francisco Casado de Amezcua, vecino de Málaga (AHPM, prot. 23.026, fol. 44, ápud Matilla Tascón, loc. cit., n.º 5). Actualmente, el cortijo de La Parchite es hotel ruralArchivado el 9 de julio de 2012 en Wayback Machine., y el de Morosanto, viñedo y bodega. Rafael Vargas Villalón dedica sendas entradas de su blog Setenil rural a Los Villalones y a La Cimada. Ésta incluye datos sobre la fundación y sucesión del mayorazgo tomados de M.ª Dolores Segura del Pino, «El mayorazgo de la Cimada», en Memorias de Ronda: Revista de Historia y Estudios Rondeños, n.º 5 (2007), pp. 81-107.
google.es
books.google.es
«A pesar de la multiplicación del negocio a que daban lugar los privilegios de compra y de transporte si eran utilizados con fines ajenos al abastecimiento militar, aquellos asentistas se negaban a veces a continuar el aprovisionamiento. [...] La razón no era otra que la de no recibir los pagos contratados, interrupción que podía prolongarse. La escasez habitual de fondos, unida al desorden inherente al sistema de consignaciones daba lugar a que, con frecuencia, unos mismos ingresos recibieran más de una consignación. De ahí, por ejemplo, la respuesta de Moriana, el Tesorero Mayor de Guerra, cuando en octubre de 1705 Grimaldo le ordena pagar lo que se debe a Francisco Esteban [Rodríguez] de los Ríos: se le había estado pagando hasta que sus consignaciones fueron aplicadas a otros gastos más urgentes de la guerra.» [...] Los impagos «debieron de provocar la interrupción del abastecimiento a las tropas a cuyo frente estaba Felipe V en 1706; se dieron entonces órdenes de embargar a Francisco Esteban Rodríguez, pero todo parece indicar que hubo un entendimiento, pues el abasto se reanudó al poco tiempo y fue retirado el embargo. Es muy probable que el acuerdo con el abastecedor Rodríguez consistiera en el título de Castilla que recibió aquel año de 1706. En un primer momento, Felipe V le hizo marqués de Uterviejo con la merced de los lugares de Cuevas de Santiago y de Uterviejo. Al finalizar el año, el 31 de diciembre de 1706, tomó la denominación de marqués de Santiago, con la que se le conoció desde entonces. El nuevo marqués de Santiago no abandonaría sus negocios con la Real Hacienda: hasta julio de 1708 siguió siendo, al menos, abastecedor de los ejércitos de Extremadura, Castilla, Valencia, Aragón y el frente catalán; después se limitó a continuar con otras actividades menos arriesgadas.» Concepción de Castro, A la sombra de Felipe V: José de Grimaldo, ministro responsable (1703-1726) (Madrid, Marcial Pons, 2004), pp. 180-181. El mismo origen tuvieron otros títulos como el marquesado de Campo Florido, concedido unos meses después a Juan del Río González, que aprovisionaba a los ejércitos de Galicia (Concepción de Castro, ibíd.) Y similar había sido el caso de los marquesados de la Torrecilla y de Valdeolmos, otorgados por Carlos II en 1683 y 1687 a los asentistas Aguerri. Juan Antonio Sánchez Belén, La política fiscal en Castilla durante el reinado de Carlos II (Madrid, siglo XXI, 1996), p. 309. El I marqués de Santiago tuvo estrecha relación comercial con la casa de Valdeolmos, y acabó casando a su hija Eugenia con el III marqués de dicho título.
Los padres agonizantes tenían ya convento en Madrid desde 1643, en la calle de Fuencarral y bajo la advocación de San Camilo de Lelis, su fundador, pero era una casa modesta y quedaba lejos del hospital de Antón Martín, donde solían asistir. Este nuevo convento «le fundó el Señor Don Francisco Rodríguez de los Ríos, primer Marqués de Santiago, por el año de 1720, para que estos Religiosos acudiesen con más prontitud al servicio y consuelo de los pobres enfermos del Hospital General; pero por muerte del Señor fundador aún al día de hoy [1786] se halla sin concluir el edificio.» José Antonio Álvarez y Baena, Compendio histórico, de las grandezas de la coronada villa de Madrid, corte de la monarquía de España (Madrid, 1786), p. 177-178.
En 1833, los agonizantes llevaban bastantes años habitando este convento; la iglesia seguía en obras, y Mesonero Romanos elogiaba el ornato de lo ya construido (Manual de Madrid: descripción de la corte y de la villa, 1833, p. 159). Pero en 1860, el mismo autor escribe que «quedó suprimido, como todos los de regulares»; y que «demolido después, fue construida en su lugar una casa particular». (El antiguo Madrid, t. II, 1861, p. 202). Siempre mencionando que fue fundado por el Marqués de Santiago en 1720.
Francisca Rodríguez de los Ríos, hermana del I marqués de Santiago, casó en Madrid en 1675 con José de Anchía y Moya, hidalgo natural de Huete. Este enlace manifiesta la relación de los Rodríguez con la comarca optense 31 años antes de obtener en ella los señoríos de Uterviejo y Cuevas de Santiago. Testó Francisca en Madrid el 1.º de septiembre de 1708 declarando por hijas del matrimonio a María Josefa y a Francisca Javiera de Anchía y Rodríguez de los Ríos. Esta última nació en 1683 en Madrid, donde casó en 1705 con Antonio de Pontejos y de la Cagiga, I marqués de Casa Pontejos, de quien se hace mérito en en el texto porque en segundas nupcias casó con Nicolasa Rodríguez de los Ríos, viuda de Juan de Sesma, que era prima carnal de Javiera: hija del I marqués de Santiago. El de Pontejos otorgó poder para testar en Madrid el 17 de enero de 1735 ante José Fernández Montero, declarando por hijos a Antonio Juan y a María Manuela de Pontejos y Anchía, nacidos ambos de su primer matrimonio y casados con sendos hijos del primer matrimonio de su segunda mujer. He aquí un caso de dobles bodas entre hermanastros. Se celebraron simultáneamente en la madrileña parroquia de San Sebasián el 17 de julio de 1731, con dispensa del 1.er grado canónico de afinidad y del 3.º de consanguinidad. Manuela casó con Juan Francisco de Sesma y Rodríguez de los Ríos, y tuvieron por hija y heredera a María Ana de Sesma y Pontejos. Y Antonio casó con María Gertrudis de Sesma y Rodríguez de los Ríos. Este Antonio de Pontejos y Anchía, natural de Madrid y bautizado en San Sebastián el 2 de junio de 1700, fue II marqués de Casa Pontejos y caballero de Calatrava. Su expediente de pruebas de nobleza, aprobado en 1738, es el n.º 2.075 de los obrantes en el AHN, y está extractado por Vicente de Cadenas y Vicent en Caballeros de la Orden de Calatrava que efectuaron sus pruebas de ingreso durante el siglo XVIII, t. II (Madrid, Hidalguía, 1987), p. 124. De su expresada mujer tuvo descendencia en que siguió el marquesado de Casa Pontejos.
Rivarola menciona las armas «que assimismo se ven gravadas en la lápide marmórea que está sobre la sepultura de Don Juan Rodriguez de los Ríos, Caballero del Orden de Santiago [sic, pero no lo fue], que yaze en la Iglesia del oratorio de los Padres de San Felipe Neri de aquella ciudad» (op. cit., p. 273).
Era condesa de Zweveghem, de Cruishautem y de Allennes, baronesa de Moerkerque, señora de Millomez, de Montier, de Berquin, del Plessy, de Jumelle, de Marcenelles, de Rhodes, etc. Sucedió a su padre en algunos de estos feudos, y otros los hubo por extinción de línea al morir en 1754 su primo Luis Pedro de Jauche, conde de Cruishautem. Expone su ascendencia Jean-Charles-Joseph de Vegiano, Seigneur d'Hovel, en la Suite du supplément au Nobiliaire des Pays-Bas et du comté de Bourgogne (Malinas, 1779), t. II (1614-1630), pp. 78-87. En la p. 87 filia a Charles-Joseph de Jauche, padre de Paula. Una completa genealogía de costados de este señor, publicada por Wailly, puede consultarse en GeneaNet. (La Wikipedia no enlaza a esta web por problemas de spam). Para la sucesión del señorío de Berquin y otros feudos hasta la marquesa de Santiago, véase René Berquin, Genealogie Berquin, branche 1.
Aunque lo habitual era que los maridos consignasen pensión a sus esposas, en este caso fue al revés porque ella era mucho más rica. Y aunque de la misma edad, su mala salud hacía presagiar que premoriría a su segundo marido. Por tanto elevó memorial a S.M. solicitando facultad para consignarle pensión sobre las rentas de sus mayorazgos. AHN, Consejos, leg. 13.479, n.º 1, y leg. 13.480, n.º 42. Documento reseñado por Emilio de Cárdenas Piera en Memoriales de títulos nobiliarios e hidalgos para obtener facultad y consignar renta de viudedad (Madrid, Hidalguía, 1989), p. 240, n.º 3.009.
Durante la Guerra de Sucesión, el suministro a los ejércitos de Felipe V fue «el mayor negocio financiero de España», según José Ramón Cruz Mundet, «Juan Bautista de Iturralde y Gamio: un asentista navarro en la corte de Felipe V», en Príncipe de Viana n.º 255 (2012, pp. 205-260), p. 222. Este autor estudia por menor el caso de Iturralde, I marqués de Murillo el Cuende, uno de aquellos asentistas navarros encabezados por Juan de Goyeneche y que al calor de la guerra formaron una poderosa red de negocios (estudiada por Caro Baroja, op. cit.) Otro era José de Aguerri, I marqués de Valdeolmos, de quien volveremos a hablar. Y a los tres dichos se asoció Francisco Esteban Rodríguez de los Ríos —el único no navarro del grupo—, cuya casa de necocios estaba muy asentada «desde la época de Carlos II» (p. 222, citando a Aquerreta, op. cit., p. 221). En efecto, los cuatro formaron una compañía a partes iguales «para abastecer al ejército de víveres, pólvora y armamento entre 1712 y 1729, y que terminó siendo fuente primera de fortuna económica y de ascenso político: de un lado por la rentabilidad que supieron obtener de la misma, y del otro, por el aura de sagacidad e influencia política que les proporcionó el constituir la mayor compañía de aquellos tiempos, cuya actuación fue decisiva para apuntalar» el trono de Felipe V (p. 221). Los riesgos eran muy altos: «algunos grandes financieros se habían embarrancado» en el mismo negocio. Era primordial el aspecto logístico: la capacidad de situar alimentos, bestias de carga y armamento en múltiples puntos de la geografía española, mediante una red de factores (p. 221-222). En 1717 el marqués de Santiago se desligó de la sociedad (p. 224), y en su lugar entraron —aportando un capital de más de tres millones y medio de reales— Juan de Sesma y Antonio de Pontejos, futuro I marqués de Casa Pontejos (p. 223). Sesma era yerno del marqués de Santiago; Pontejos lo sería después de los días de Sesma, al casar con la viuda de éste, y otras dos hijas del de Santiago casaron con el sobrino mayor de Goyeneche y con el nieto y sucesor de Valdeolmos. Todos estos asentistas hicieron también brillante carrera en la Administración borbónica. J.R. Cruz atribuye «el triunfo de este grupo de administradores» al «cambio de modelo de monarquía: de una consiliar a otra administrativa, ejecutiva, donde pesan más los gestores que los consejeros» (p. 206).
Al fundarse esta Academia en 1744 formaban parte de ella algunos señores de distinción: «caballeros académicos u honorarios, como se les denomina en un principio, entre los que figuran Baltasar de Elgueta Vigil, Francisco Miguel de Goyeneche (conde de Saceda), Fernando de los Ríos (marqués de Santiago), Miguel de Zuaznávar y Nicolás Arnau, todos integrantes con voz y voto de las sesiones que se celebran para tratar los asuntos de interés general.» Esperanza Navarrete Martínez, Catálogo documental de la Junta Preparatoria de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1744-1752) (Madrid, 2007), p. 10. El citado Catálogo reseña con los n.os 18, 26, 28, 33, 120, 123 y 124, algunos oficios y cartas intercambiados en 1744 entre el Viceprotector de la Academia y el marqués de Santiago, por los que consta que el Rey había «aprobado la constitución en la Corte de una Academia de escultura, pintura y arquitectura» y la había «puesto bajo el patrocinio real» y que el marqués de Santiago, «Caballero Académico» o «Académico honorario» de la misma, fue también «nombrado por el Rey para que concurriese con voto a la Junta Preparatoria», por lo que se le convocaba a «la primera reunión de esta institución» que se celebró el 17 de julio, pero el marqués no asistió por hallarse ausente de Madrid. Y más oficios de los años 45 a 47 por los que se le convocaba a diversas reuniones. Todos obrantes en el ABRABASF. El último oficio dirigido a nuestro marqués, entre los reseñados, es del 4 de octubre de 1747 (n.º 341 del Catálogo).
sanjuandedios-fjc.org
Esta escritura va reseñada con el n.º 26 al fol. 29r del Inventario Asins (Libro que contiene quanto hay en el Archivo General del Convento Hospital de N.S.ª del Amor de Dios y V.P. Antón Martín, Orden de N.P.S. Juan de Dios de la heroica Villa y Corte de Madrid, formado en 1829 por Fray Antonio Asins), transcrito por Francisco de la Torre Rodríguez en la 7.ª entrega de su «Panorámica de la Provincia de Nuestro Padre San Juan de Dios, de Castilla, en vísperas de la Exclaustración de 1835», en Archivo Hospitalario n.º 8 (2010, pp. 17-231)Archivado el 4 de marzo de 2016 en Wayback Machine., p. 205. Se reseñan también, bajo el n.º 49, al fol. 33v de dicho inventario, varias escrituras relativas a la cesión que hizo el marqués de un efecto sobre la Sisa del Vino y el Aceite de la Villa de Madrid, que rentaba 934 reales anuales (p. 210). El inventario actual de los fondos del mismo Archivo, publicado en el mismo trabajo, incluye una escritura de fundación de memorias de misas en la Capilla de Belén otorgada por el III marqués de Santiago en 1756 (p. 165).
«En esta hermosa capilla recibió la imagen de Ntra. Sra. de Belén durante más de un siglo, hasta el año 1850, el homenaje de los hijos de San Juan de Dios y sus muchos devotos. Se hizo famosa la Salve cantada de los sábados y las visitas regias a la imagen con motivo de esta piadosa práctica. Fue también célebre la Asociación de Ntra. Sra. de Belén, establecida con fines piadosos y caritativos, a la cual pertenecían muchas damas de la nobleza y señoras de la Corte, entre las cuales se cuenta Sta. María Micaela, Vizcondesa de Jorbalán, fundadora de las religiosas adoratrices. Extinguida la Orden en 1850, se conservó esta capilla, y en ella el culto a Ntra. Sra. de Belén. Hasta que en 1936, incendiada la iglesia, la imagen fue despojada de sus joyas pero se salvó del incendio y destrucción, y hoy se conserva en la capilla del Hospital de San Juan de Dios de Madrid.» Juan Ciudad Gómez Bueno, Compendio de historia de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (Palencia, 1963), p. 166, n. 209.
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home.scarlet.be
Era condesa de Zweveghem, de Cruishautem y de Allennes, baronesa de Moerkerque, señora de Millomez, de Montier, de Berquin, del Plessy, de Jumelle, de Marcenelles, de Rhodes, etc. Sucedió a su padre en algunos de estos feudos, y otros los hubo por extinción de línea al morir en 1754 su primo Luis Pedro de Jauche, conde de Cruishautem. Expone su ascendencia Jean-Charles-Joseph de Vegiano, Seigneur d'Hovel, en la Suite du supplément au Nobiliaire des Pays-Bas et du comté de Bourgogne (Malinas, 1779), t. II (1614-1630), pp. 78-87. En la p. 87 filia a Charles-Joseph de Jauche, padre de Paula. Una completa genealogía de costados de este señor, publicada por Wailly, puede consultarse en GeneaNet. (La Wikipedia no enlaza a esta web por problemas de spam). Para la sucesión del señorío de Berquin y otros feudos hasta la marquesa de Santiago, véase René Berquin, Genealogie Berquin, branche 1.
Prócer del Reino en las legislaturas de 1834-1835, 1835-1836 y 1836. Con expediente personal en el Archivo del Senado.
Senador vitalicio nombrado en 1853. Con expediente personal en el Archivo del Senado.
Nombrado por Real Decreto del 13 de diciembre de 1967. Tiene expediente en el Archivo del Senado.
Con los nombres de «Carlos Josef Enrique Francisco». Véase la partida obrante en el Archivo del Senado. Este niño nació en Madrid pocos días después de que abandonara la corte el Rey intruso, quien —viendo ya perdido el trono tras la Batalla de los Arapiles— partió hacia el Norte con su célebre «equipaje» y acompañado por un puñado de leales: entre ellos el marqués de San Adrián, abuelastro del neófito. El padrino de este bautismo —dato muy significativo— fue el nuevo Comandante General y Gobernador de la plaza: el Mariscal de Campo Carlos de España, noble realista francés partidario de Fernando VII (quien le crearía conde de España al acabar la Guerra).
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La marquesa de la Cimada era poseedora de los vínculos y patronatos de esta línea de los Lasso de la Vega y sus agregados de los Gil y los Villalón. Incluía este patrimonio el cortijo de La Cimada, que daba denominación al marquesado, y los de Morosanto, Los Villalones y La Parchite, todos en la jurisdicción de la ciudad de Ronda, el señorío de la villa de Pizarra, y más hacienda en otros lugares de la misma provincia. El 5 de julio de 1813 su hijo Antonio María, marqués de Santiago, apoderó para tomar posesión de estos mayorazgos, y para pleitos, a Francisco Casado de Amezcua, vecino de Málaga (AHPM, prot. 23.026, fol. 44, ápud Matilla Tascón, loc. cit., n.º 5). Actualmente, el cortijo de La Parchite es hotel ruralArchivado el 9 de julio de 2012 en Wayback Machine., y el de Morosanto, viñedo y bodega. Rafael Vargas Villalón dedica sendas entradas de su blog Setenil rural a Los Villalones y a La Cimada. Ésta incluye datos sobre la fundación y sucesión del mayorazgo tomados de M.ª Dolores Segura del Pino, «El mayorazgo de la Cimada», en Memorias de Ronda: Revista de Historia y Estudios Rondeños, n.º 5 (2007), pp. 81-107.
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repositorio.uam.es
Caro Baroja, op. cit., p. 62. Este tipo de concesiones o arrendamientos se hacían a plazo determinado pero se iban renovando. En 1687, Francisco Esteban obtuvo la de estas salinas por diez años. Gutiérrez Pastor, op. cit., p. 106.
«Gran coleccionista y mecenas» y «uno de los más ilustres protectores de las artes madrileñas de su tiempo» le llama Ismael Gutiérrez Pastor (op. cit., resumen y nota 28).
Por esta escritura, donaba las casas en donde se había de erigir el convento y su templo, junto con 120.000 reales para las obras, y adquiría el patronato perpetuo de la casa y de la capilla mayor de la iglesia. AHPM, prot. 14.520, ápud Gutiérrez Pastor, op. cit., nota 28.
Por escritura de la expresada fecha, el marqués adquirió el patronato y constituyó una gruesa dotación en favor del convento. A su hija la comendadora —que como tal otorgó dicha escritura— también la había dotado largamente en dinero y alhajas cuando entró al convento. La otra hija monja entró siendo viuda, y trajo sus propios bienes. Gutiérrez Pastor, op. cit., nota 28, citando a sor M.ª de los Ángeles Curros Ares, Monasterio-Colegio de MM. Mercedarias de Don Juan de Alarcón. Notas de la Tesina «El Barroco mercedario» (Madrid, 1981). Durante el siglo XVIII, la protección a estas monjas fue otro punto de coincidencia «entre los Marqueses de Santiago y sus familiares los Marqueses de Casa Pontejos y de Valdeolmos.» (Gutiérrez Pastor, ibíd.)
La marquesa viuda llevó consigo al convento bastantes obras de arte, alhajas y enseres. «Había entre ellos una Ciudad de Jerusalén (2½ x 2 varas; fol. 513), un San Juan de Dios, acristalado (de ¾ x ⅔ de vara); un San Francisco de Asís en éxtasis, de Lucas de Mena; telas, escritorios, bufetes, albas, varias joyas "que se deshicieron para el sol que mandaron hacer [los herederos] para la Reserva Eucarística", por valor de 18.150 reales [sobre esta custodia véase Curros Ares, op. cit. supra, p. 8]; una lámpara de plata valorada en 7.341 reales, que fue deshecha en unos blandones, y una chapa repujada con Jesús con la cruz a cuestas.» También llevó un retrato de la señora Doña María Teresa de Dicastillo, con marco liso dorado, tasado en trescientos sesenta reales (de una vara por ¾; fol. 512v). La retratada era la nueva marquesa de Santiago, mujer de su hijastro Fernando, hermana del difunto II conde de la Vega del Pozo (marido que fue de su hijastra sor Ángela) e hija del I conde, de todos los cuales se hablará más abajo. Gutiérrez Pastor, op. cit., nota 30, con remisión al AHPM, prot. 14.530, fol. 10.
La leyenda reza: «N[uest]r.a mui ama/da Madre Sor/ Maria An[toni].a D[e] IHS./ hixa de los Señores,/ M[a]rq.[uese]s D[e] S[a]n tiago. tomo/ el Abito D[e] edad de 12 años./ i fue Com.[endado]ra 43 Y murio/ en el mismo empleo el Año./ D[e] 1748 a 26 D[e] Maio.» Gutiérrez Pastor hace el estudio de los dos cuadros y la atribución del segundo en su op. cit., incluyendo fotografías en blanco y negro y preciosa información sobre la familia del I marqués de Santiago.
ucm.es
revistas.ucm.es
Ingresó en este colegio madrileño en 1769. Siete años después, en 1776, lo hizo también María Antonia Bernaldo de Quirós y Mariño de Lobera (nacida hacia 1770 y que se quedaría en el convento, profesando monja de coro). Las condiscípulas se convertirían en cuñadas al casar Soledad con el hermano de Antonia. Gloria Ángeles Franco Rubio, «Educación femenina y prosopografía: las alumnas del colegio de las Salesas Reales en el siglo XVIII», en Cuadernos de Historia Moderna n.º 19 (1997), pp. 171-182.
Don Ernesto Raburrieta y Fernández, marqués del Corcel de Santiago (título pontificio) es un entrañable viejo verde que, enamorado como un colegial de la vedette Palmera Suaretti, se dedica a sufragar sus carísimos caprichos sin conseguir nunca sus favores. Con este personaje, Jardiel satiriza a un cierto tipo de aristócrata frívolo y decadente, característico de la belle époque (prolongada en España hasta la caída de la monarquía). El primer capítulo de la novela —a modo de salida a escena del marqués y la vedette— puede leerse aquíArchivado el 16 de marzo de 2016 en Wayback Machine., y está ilustrado con el escudo de armas del noble, cuyos primeros cuarteles traen los palos de Aragón y un cavallino rampante.
Esta escritura va reseñada con el n.º 26 al fol. 29r del Inventario Asins (Libro que contiene quanto hay en el Archivo General del Convento Hospital de N.S.ª del Amor de Dios y V.P. Antón Martín, Orden de N.P.S. Juan de Dios de la heroica Villa y Corte de Madrid, formado en 1829 por Fray Antonio Asins), transcrito por Francisco de la Torre Rodríguez en la 7.ª entrega de su «Panorámica de la Provincia de Nuestro Padre San Juan de Dios, de Castilla, en vísperas de la Exclaustración de 1835», en Archivo Hospitalario n.º 8 (2010, pp. 17-231)Archivado el 4 de marzo de 2016 en Wayback Machine., p. 205. Se reseñan también, bajo el n.º 49, al fol. 33v de dicho inventario, varias escrituras relativas a la cesión que hizo el marqués de un efecto sobre la Sisa del Vino y el Aceite de la Villa de Madrid, que rentaba 934 reales anuales (p. 210). El inventario actual de los fondos del mismo Archivo, publicado en el mismo trabajo, incluye una escritura de fundación de memorias de misas en la Capilla de Belén otorgada por el III marqués de Santiago en 1756 (p. 165).
«La presencia de la Corte en Sevilla [...] entre 1729 y 1733 iba a resultar crucial para la difusión de la pintura de Murillo a escala nacional, principalmente gracias a la labor de la reina Isabel de Farnesio, entusiasmada con la obra de nuestro maestro. Siguiendo el ejemplo regio, las colecciones más notables del ambiente cortesano iban a incluir cuadros del artista, como la del Marqués de Santiago, "cuyos murillos eran unánimemente celebrados como de los mejores del pintor"». Alfredo Ureña Uceda, «La pintura andaluza en el coleccionismo de los siglos XVII y XVIII», en Cuadernos de arte e iconografía n.º 13 (1998). Esta selección de murillos incluía cinco de los doce que formaban la serie de Historia de Abrahán y de Jacob, encargada al pintor sevillano por su paisano el marqués de Ayamonte. Francisco López de Solé y Martín de Vargas, Conde de Cabra y Marqués de Ayamonte, Historias sobre el pasado glorioso de la Casa de Ayamonte (conferencia pronunciada en Ayamonte el 29 de julio de 2000)Archivado el 28 de octubre de 2007 en Wayback Machine., cap. VI, texto y nota 20.
La marquesa de la Cimada era poseedora de los vínculos y patronatos de esta línea de los Lasso de la Vega y sus agregados de los Gil y los Villalón. Incluía este patrimonio el cortijo de La Cimada, que daba denominación al marquesado, y los de Morosanto, Los Villalones y La Parchite, todos en la jurisdicción de la ciudad de Ronda, el señorío de la villa de Pizarra, y más hacienda en otros lugares de la misma provincia. El 5 de julio de 1813 su hijo Antonio María, marqués de Santiago, apoderó para tomar posesión de estos mayorazgos, y para pleitos, a Francisco Casado de Amezcua, vecino de Málaga (AHPM, prot. 23.026, fol. 44, ápud Matilla Tascón, loc. cit., n.º 5). Actualmente, el cortijo de La Parchite es hotel ruralArchivado el 9 de julio de 2012 en Wayback Machine., y el de Morosanto, viñedo y bodega. Rafael Vargas Villalón dedica sendas entradas de su blog Setenil rural a Los Villalones y a La Cimada. Ésta incluye datos sobre la fundación y sucesión del mayorazgo tomados de M.ª Dolores Segura del Pino, «El mayorazgo de la Cimada», en Memorias de Ronda: Revista de Historia y Estudios Rondeños, n.º 5 (2007), pp. 81-107.
Margarita Zabala Menéndez expone ampliamente la genealogía del barón de San Petrillo y la sucesión de este título en su Historia genealógica de los títulos rehabilitados durante el reinado de Don Alfonso XIII, t. VI (Logroño, San Martín, 2009), pp. 313-337. Algo también Carmen Sánchez-Gómez en su web Nuestros AncestrosArchivado el 24 de marzo de 2013 en Wayback Machine..
Margarita Zabala Menéndez expone ampliamente la genealogía del barón de San Petrillo y la sucesión de este título en su Historia genealógica de los títulos rehabilitados durante el reinado de Don Alfonso XIII, t. VI (Logroño, San Martín, 2009), pp. 313-337. Algo también Carmen Sánchez-Gómez en su web Nuestros AncestrosArchivado el 24 de marzo de 2013 en Wayback Machine..