«Al día siguiente se enteraron los compañeros que quedaban en el viejo castillo cómo el nuevo rey había asaltado Andernac y a los demás compañeros. Entonces prendieron un canario que ellos tenían y le cortaron la cabeza sobre una alta montaña y la colocaron en un palo bien alto, para que todos las pudiesen ver. Y de allí en adelante empezó la guerra entre ellos y nosotros. Y hemos cogido y muerto gran cantidad de ellos y hemos cogido mujeres y niños, y los demás están en tal condición, que se van escondiendo por las cuevas y ninguno se atreve a mostrarse... y la intención es, si no hallamos otro remedio, que matemos a los hombres de defensa del país, y ya lo tenemos empezado; y conservaremos a las mujeres y niños y los haremos bautizar y viviremos como ellos, hasta que Dios disponga de otra manera.» (Gadifer de la SalleLe Canarien, p.80; Cioranescu, Alexandre 1965 Crónicas francesas de la conquista de canarias - Le Canarien: 46; Cuarta edición, Santa Cruz de Tenerife: Ediciones Idea.). Pedro Bontier y Juan Le Verrier escriben la primera documentación sobre la conquista de Canarias y la única información disponible sobre el modo de vida de los nativos de Lanzarote y Fuerteventura a la llegada de los primeros conquistadores.
Naranjo Rodríguez, Rubén (2000). «Tamarán el falso nombre de una isla llamada Canaria». XIII Coloquio de Historia Canario-Americana ; VIII Congreso Internacional de Historia de America (AEA; 1998). Francisco Morales Padrón (coord.). Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo Insular de Gran Canaria. ISBN84-8103-242-5.
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Reyes, Ignacio (2007). «Gentilicios». Mundo Guanche. Los Realejos: Asociación Mundo Guanche. Consultado el 12 de septiembre de 2014. «En torno a 1590, un historiador que firmó su obra con el pseudónimo de Juan de Abreu Galindo (III, 13) recogió ese gentilicio expresado de manera inequívoca en lengua amazighe: «Esta ysla de Tenerife se llama en su comun hablar Chíneche, y alos naturales llamaban Bincheni». Un siglo más tarde, el médico y también historiador Tomás Marín de Cubas (1694: 26v, 50) reportó el mismo dato, pero esta vez bajo una forma ligeramente distinta: «[a] los naturales le[s] llaman Guanchini». Las diferencias obedecen a que un autor apuntó el plural y otro, el singular: wanshen, pl. winshen. Porque el enunciado guarda relación con el nombre de la Isla, Ashenshen (o Ašenšen), rematado por la reduplicación expresiva del tema que se pierde en el gentilicio. De aquí derivan todas las variantes que hoy conocemos, la más famosa de las cuales es la voz 'guanche'.»
Lorenzo, Felipe (2005). «La Diosa Chaxiraxi». Mundo Guanche (Los Realejos: Asociación Mundo Guanche) (3). ISSN1886-2713. Consultado el 1 de octubre de 2016.
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