La repoblación debía permitir también la puesta en cultivo de tierras abandonadas en un momento en el que la liberación del comercio de cereales había provocado una importante alza de precios.[3]
Real Cédula de su Magestad y señores de su Consejo que contiene la Instrucción y fuero de población, que se debe observar en las que se formen de nuevo en la Sierramorena con nativos y extranjeros Católicos, año 1767 en Madrid[1]Archivado el 2 de abril de 2015 en Wayback Machine.
Real Cédula de su Magestad y señores de su Consejo que contiene la Instrucción y fuero de población, que se debe observar en las que se formen de nuevo en la Sierramorena con nativos y extranjeros Católicos, año 1767 en Madrid[1]Archivado el 2 de abril de 2015 en Wayback Machine.