"Se puede comprobar, advirtiendo que el pensamiento de los “iniciadores” del movimiento Nacional-Sindicalista evoluciona progresivamente de un estatalismo –de influencia italiana- a una tendencia de autogestión sindical; son sintomáticas las conversaciones con elementos de la CNT (reducto español del sindicalismo revolucionario, bajo la influencia política del anarquismo) y, más concretamente, con el líder Ángel Pestaña, de los llamados treintistas, creador del Partido Sindicalista. La herencia del sindicalismo tradicional español –incluso en su vertiente anarquista- se hace patente en la visión económica y social del Nacional-Sindicalismo; en síntesis, podemos decir que éste no es más que la nacionalización del sindicalismo, y si este se puede dividir en reivindicativo, que aspira a obtener ventajas dentro del sistema y revolucionario, que pretende sustituirlo por otro más justo; el Nacional-Sindicalismo, nacionaliza fundamentalmente el segundo, el revolucionario". La Falange y las falanges. Roberto Flechas - Fundación José Antonio
"El anarcosindicalismo apareció teorizado en Rusia en 1907 y se propagó luego como práctica inspirada en el sindicalismo revolucionario francés - acción directa, saboteo (denuncia pública de los chanchullos patronales sobre la calidad de la producción). Pero en Francia, el sindicalismo revolucionario predicó una central sindical única, y terminó en luchas internas entre reformistas puros, sindicalistas anclados en un partido político en la cúpula. La creación de la CNT siguió otra singladura al declararse libertaria, dejando así las discrepancias. La acción directa en el marco implacable de la explotación patronal entrañó un auge de la Confederación que en menos de diez años superó con creces a UGT.". La autogestión y el anarcosindicalismo. Frank Mintz - Fondation Pierre Besnard