David Leitao (2002). «The Legend of the Sacred Band». En Martha Craven Nussbaum; Juha Sihvola, eds. The Sleep of Reason: Erotic Experience and Sexual Ethics in Ancient Greece and Rome. University of Chicago Press. pp. 143–169. ISBN9780226609157. (requiere registro). «Phaedimus Sacred band of thebes.»
G. S. Shrimpton (1971). «The Theban Supremacy in Fourth-Century Literature». Phoenix (Classical Association of Canada) 25 (4): 310-318. JSTOR1088061. doi:10.2307/1088061.
Xenophon (trans. H.G. Dakyns) (1897) [c. 360 BC]. Symposium. «Pero Pausanias, el amante del poeta Agatón, defendió a los que se revuelcan juntos en el libertinaje y dijo que un ejército compuesto por amantes y amados sería el más fuerte. Pues dijo que se avergonzarían de abandonarse mutuamente en la batalla. Pero sería bastante extraordinario que aquellos que están acostumbrados a no prestar atención a la censura y a no tener ningún sentido de la vergüenza ante los demás se avergonzaran, sin embargo, de realizar una acción vergonzosa. Como prueba trajo el ejemplo de los tebanos y los elanos, que tienen experiencia en estas cosas, y afirmó que aunque se acuesten con sus amadas, las juntan en sus filas para la batalla. Pero esto no es una prueba, ya que la situación no es similar: para ellos esta práctica es aceptable, pero para nosotros es sumamente vergonzosa.»
G. S. Shrimpton (1971). «The Theban Supremacy in Fourth-Century Literature». Phoenix (Classical Association of Canada) 25 (4): 310-318. JSTOR1088061. doi:10.2307/1088061.
Platón. El banquete. «De manera que si por cualquier obra de encantamiento un Estado o un ejército pudiera estar compuesto solamente de amantes y de amados, no existiría otro pueblo que profesara tanto horror al vicio ni estimara tanto la emulación a la virtud. Hombres así unidos, aunque fueran en corto número, podrían vencer a los demás hombres. Porque si hay alguien de quien un amante no quisiera ser visto arrojando al suelo sus armas o abandonando sus filas, es el que ama; preferiría morir mil veces antes que abandonar en el peligro a su bienamado y dejarle sin auxilio, porque no hay hombre tan cobarde a quien Amor no infunda el mayor valor y no lo convierta en un héroe.»