Uno de los cantos tallados dados a conocer por Hélène Roche en el Afaretíope (que hemos citado más arriba como los más antiguos conocidos) fue sometido a análisis trazalógicos por S. Beyries, descubriendo, sin lugar a dudas, que había sido usado para raspar objetos de madera, con movimientos transversales al filo: Piel-Desruisseaux, Jean-Luc (1986). Outils préhistoriques. Forma. Fabrication. Utilisation. Masson, Paris. ISBN 2-225-80847-3. (página 60). Los cantos tallados de conocidos yacimientos ingleses datados en el Paleolítico Inferior, Cacton y Hoxne, fueron sometidos a estudios trazalógicos por Lawrence H. Keeley, quien pudo constatar que fueron empleados para talar madera y trocear huesos (Keeley, Lawrence H. (1980). Experimental determination of stone tool uses. The University of Chicago Press, Londres. ISBN 0-226-42889-3.; páginas 90-91, 98-99, 140 y 146)