Vicente Blasco Ibáñez en Historia de la revolución española (desde la Guerra de la Independencia a la Restauración en Sagunto), Barcelona, La Enciclopedia Democrática, 1891, vol. 2, pp. 489-492, dice, de su actuación al frente de la capitanía general de Barcelona, que «las prisiones fueron tantas que a los pocos días aterrorizaron a la capital; los esbirros lo mismo prendían a un ciudadano a la luz del día y en medio de la calle, que iban recatándose en las nocturnas sombras a tocar a su puerta, y era interminable el coro de sollozos, lágrimas y alaridos que salía del pecho de tanta esposa, hija o madre que veía cómo la inquisición del conde de España le arrebataba implacable el ser más querido».