Rogelio Aguiar había nacido en 1915 en Carboentes, una pequeña aldea en el municipio pontevedrés de Rodeiro. Comenzó joven a comerciar con alcoholes en Lugo y Orense y, tras el paréntesis de la Guerra Civil, se estableció como almacenista y fabricante de licores en Chantada. En 1942 se casó con María Ferreiro Sánchez, natural de Escairón y tras, diversos vaivenes en sus negocios, se hizo en 1958 con Bodegas Aragón, en Orense (Méndez, 1998, pp. 37-39). Méndez, Fernando (1998). Mil muertos de un trago. Barcelona: Península.
Fernando Méndez hace hincapié en el hecho de que ninguno de los fabricantes ni sus familiares resultaron intoxicados, lo que —dice— evidencia que eran conscientes de su toxicidad. No obstante, en su libro (Méndez, 1998, p. 44) recoge el hecho de que Román Lago hijo, que estuvo probando una de las elaboraciones en la fábrica de Aguiar, sufrió mareos y vómitos en su viaje de regreso a Vigo, recuperándose totalmente al día siguiente. En contraposición, hubo dos casos, por lo menos, de taberneros orensanos que murieron tras beber delante de sus clientes pretendiendo demostrar la calidad de los licores que vendían. Méndez, Fernando (1998). Mil muertos de un trago. Barcelona: Península.
Fernando Méndez (Méndez, 1998, p. 61) habla de la «triste noticia de un niño, del que nunca se supo su identidad, que perdió la vista en el barrio de Pelequín [Orense] a causa de tomar bebidas contaminadas». Méndez, Fernando (1998). Mil muertos de un trago. Barcelona: Península.
Fernando Seoane (2011). Metílico: la bebida de la muerte (Cuarto Milenio (serie de televisión)). Cuatro. Escena en minuto 10. Consultado el 4 de septiembre de 2012. «El fiscal del caso me decía que podía decir perfectamente 50, 60, 70.000. Nunca se sabrá. Las viejecitas gallegas y los negritos de Guinea, esos cayeron como moscas»..