La Vanguardia, Edición del domingo, 1 de diciembre de 1974, página 67: ...recordando aquel incidente de Mr. Morgan cuando reprochó a Charles Schwab, jefe del Carnegie Steel, haberse pasado una noche de juerga en Montecarlo; el juerguista le replicó que cometía sus pecados abiertamente y no escondiéndose tras las puertas, a lo que el primero, repuso: «¡Para eso están las puertas, amigo!».