Analysis of information sources in references of the Wikipedia article "Civilización judeocristiana" in Spanish language version.
Still, the notion of a Judeo-Christian culture or tradition is actually rather recent, and its employment is often not very sensitive to whether Jews and Christians in earlier times saw themselves as inheriting, participating in, or upholding such a tradition. There have been periods—the seventeenth century is especially notable in this regard—during which Christians had a heightened interest in Judaic roots and early Jewish history.
Silver Matthew, Our Exodus: Leon Uris and the Americanization of Israel's Founding Story.
In many ways, the concept of Judeo-Christian civilization developed in the 1950s as what some scholars have called an invented tradition, an anachronism created by ambitious social circles to serve a particular ideological agenda.
Se recogen usos en inglés desde finales del siglo XIX y en los años 1930, destacadamente por George Orwell, y ya en los 1950 por el presidente Eisenhower (Mark Silk, Spiritual Politics: Religion and America Since World War II.).
Entre las críticas al uso del concepto, fuera de las acusaciones políticas, está la de Jean-François Lyotard (glosado por Gustavo Perednik, Lyotard y el peligro de las entelequias, El Catobeplas, 2008):
A partir de contrastar el pensamiento judaico con el greco-cristiano, Lyotard ve en los judíos un tajante corte con el Occidente pagano-cristiano. Se opuso explícitamente al término «judeocristiano» ya que para él los judíos son inasimilables, y resisten para no olvidar «lo Olvidado». En esa resistencia se distancian de la voluntad de Occidente y su obsesión por el dominio. En efecto, los judíos de Lyotard son los testigos de «lo Olvidado», un concepto similar a un numen que «no es recordado por lo que fue o es... sino por lo que nunca deja de ser olvidado... que es percibido como una obligación ante la Ley». Si bien hay en Lyotard reminiscencias del mentado Cohen y de Emmanuel Levinas, se distingue de ellos en que no fundamenta su aproximación a lo judío en ninguna fuente ni tradición de esta cultura.
El relato europeo de la tradición judeo-cristiana... la atribución de su acuñamiento en 1831 en una publicación de Ferdinand Christian Baur, el fundador de la escuela protestante alemana de Tubinga ... (Die Christuspartei ‘El partido de Cristo’). ... Hay mucho que decir de la traducción de los términos alemanes jüdisch-christliche, judenchristen y judenchristlich. Baur, como Nietzxche en El Anticristo (párrafo 24) y La Genealogía de la Moral, usa el primer término, que puede ser traducido como judío cristiano o judeo-cristiano. David Lincium, un experto en Baur, traduce el término como cristiandad judía. ... [Las conclusiones son] 1. El término judeo-cristiano fue acuñado en Alemania en el siglo XIX por teólogos universitarios protestantes, más específicamente por F. C. Baur, fundador de la escuela de Tubinga. 2. El término, al contrario que con su reaparición en Estados Unidos (concurrente con el auge de los nazis), tiene un uso decididamente negativo, popularizado por Nietzsche, con el significado de la noción de resentimiento o moral del esclavo. 3. El término es antisemita.
Glosado en Olivier Reboul, Nietzsche, crítico de Kant:
... el resentimiento de los débiles termina por contaminar a los fuertes; su moral impide que se manifieste el instinto agresivo de los señores; y la agresividad interiorizada -lo afirma Nietzsche mucho antes que Freud- se transforma en mala conciencia. La mala conciencia de los fuertes, los señores convertidos en esclavos de la moral de los esclavos: ahí está el triunfo de los débiles. La idea de responsabilidad moral no es inocente; es el veneno del instinto de venganza. [nota 100: Cf. GM, I, 13, GM,, II, 16, CI, VI, 7; VP, III, 458; Deleuze, p. 91 ss.; 140, 146 ss.]
Fernando Savater, La voluntad disculpada. Javier Prado, Fernando Savater: Grandeza y miseria del vitalismo:
La interpretación savateriana de la «voluntad de poder» en Nietzsche, en tanto que creadora de valores, ... valores vitalistas: alegría de vivir, grandeza y desmesura.... [pero] En el ocaso de los ídolos, Nietzsche profesará: «Yo creo que no nos vamos a desembarazar de Dios porque creemos aún en la gramática» ... «Parece que el lenguaje se ha inventado sólo para las cosas mediocres, medias, comunicables».
Alfonso de Cartagena [un notable judeoconverso castellano del siglo XV]... aunque admite la idea de que la cultura occidental es el resultado de la convergencia entre la cultura judeocristiana y la cultura clásica, defenderá siempre que la cultura judía es superior a la cultura grecorromana, porque el cristianismo es hijo de la primera, no de la segunda.
Still, the notion of a Judeo-Christian culture or tradition is actually rather recent, and its employment is often not very sensitive to whether Jews and Christians in earlier times saw themselves as inheriting, participating in, or upholding such a tradition. There have been periods—the seventeenth century is especially notable in this regard—during which Christians had a heightened interest in Judaic roots and early Jewish history.
Silver Matthew, Our Exodus: Leon Uris and the Americanization of Israel's Founding Story.
In many ways, the concept of Judeo-Christian civilization developed in the 1950s as what some scholars have called an invented tradition, an anachronism created by ambitious social circles to serve a particular ideological agenda.
Se recogen usos en inglés desde finales del siglo XIX y en los años 1930, destacadamente por George Orwell, y ya en los 1950 por el presidente Eisenhower (Mark Silk, Spiritual Politics: Religion and America Since World War II.).
Entre las críticas al uso del concepto, fuera de las acusaciones políticas, está la de Jean-François Lyotard (glosado por Gustavo Perednik, Lyotard y el peligro de las entelequias, El Catobeplas, 2008):
A partir de contrastar el pensamiento judaico con el greco-cristiano, Lyotard ve en los judíos un tajante corte con el Occidente pagano-cristiano. Se opuso explícitamente al término «judeocristiano» ya que para él los judíos son inasimilables, y resisten para no olvidar «lo Olvidado». En esa resistencia se distancian de la voluntad de Occidente y su obsesión por el dominio. En efecto, los judíos de Lyotard son los testigos de «lo Olvidado», un concepto similar a un numen que «no es recordado por lo que fue o es... sino por lo que nunca deja de ser olvidado... que es percibido como una obligación ante la Ley». Si bien hay en Lyotard reminiscencias del mentado Cohen y de Emmanuel Levinas, se distingue de ellos en que no fundamenta su aproximación a lo judío en ninguna fuente ni tradición de esta cultura.