Barzun, Jacques (2000). From Dawn to Decadence(en inglés). Harper Collins. p. 16. «Todo lo que se entiende por decadencia es "caerse". Implica en aquellos que viven en tal tiempo ninguna pérdida de energía o talento o sentido moral. Al contrario, es una época muy activa, llena de profundas inquietudes, pero peculiarmente inquieta, pues no ve líneas claras de avance. La pérdida a la que se enfrenta es la de la posibilidad. Las formas del arte como de la vida parecen agotadas, las etapas de desarrollo han sido recorridas. Las instituciones funcionan penosamente. La repetición y la frustración son el resultado intolerable. El aburrimiento y la fatiga son grandes fuerzas históricas».
V. I. Lenin. «El imperialismo, fase superior del capitalismo». Consultado el 27 de octubre de 2022. «Los monopolios, la oligarquía, la tendencia a la dominación en vez de la tendencia a la libertad, la explotación de un número cada vez mayor de naciones pequeñas o débiles por un puñado de naciones riquísimas o muy fuertes: todo esto ha originado los rasgos distintivos del imperialismo que obligan a caracterizarlo como capitalismo parasitario o en estado de descomposición. Cada día se manifiesta con más relieve,
pág. 161
como una de las tendencias del imperialismo, la creación de "Estados-rentistas", de Estados-usureros, cuya burguesía vive cada día más de la exportación del capital y de "cortar el cupón". Sería un error creer que esta tendencia a la descomposición descarta el rápido crecimiento del capitalismo.»
newyorker.com
Gopnik, Adam (12 de septiembre de 2011). «Decline, Fall, Rinse, Repeat». The New Yorker(en inglés). Consultado el 27 de octubre de 2022.
Stephen Moss (03-03-2001). «The age of entropy» [La edad de la entropía]. The Guardian(en inglés). Consultado el 27 de octubre de 2022. «El presente no puede ser juzgado de la misma manera que el pasado; 1517, 1649, 1789 y 1917 solo tienen sentido en retrospectiva. De manera similar, la grandeza en el arte, en sí misma una designación mutable, está determinada por generaciones posteriores. La época actual, incuestionablemente desconfiada de la ideología, puede parecer desprovista de genio y vacía de sentido; pero quién sabe, en cualquier momento otro Lutero puede estar publicando un nuevo conjunto de proposiciones incendiarias en Internet, haciendo temblar a los plutócratas.»