Ojeda, Alberto (29 de noviembre de 2010). «Hugh Thomas: «Carlos V murió con la sensación de haber fracasado»». El Cultural. Consultado el 6 de febrero de 2022. En la parte final de la entrevista sobre el libro de Carlos V, donde dicen el final del periodo que este libro de Carlos V abarca, aparece esta curiosa historia
En el acta de cesión de 1598, Felipe II renunció a los territorios de los Países Bajos y de Borgoña, y a los correspondientes títulos, pero mantuvo para sí y sus descendientes el título de duque de Borgoña como soberanos de la Orden del Toisón de Oro (Patrice F. de Nény (1784), Mémoires historiques et politiques des Pays-Bas Autrichiens, Fauche, Favre & compagnie, pág.240), y por tanto Felipe III de España podría ser el duque Felipe VI de Borgoña. Previamente, en 1581, por el Acta de abjuración, los territorios de los Países Bajos de Brabante, Güeldres y Zutphen, Holanda, Zelanda, Frisia, Malinas y Utrecht se declararon independientes y eligieron como soberano a Francisco de Anjou.
La investidura nominal data de 1540 y de 1546, pero se mantuvo secreta.[1] El traspaso de poder se llevó a cabo en 1554 con motivo de su boda con María Tudor de Inglaterra [2][3]
Jerónimo de Ayanz y la máquina de vapor, Madrid: Ministerio de Economía y Competitividad / Ministerio de Defensa Ministerio de Economía y Competitividad, 2015
El avance turco encontró el primer obstáculo en las murallas de Viena (1529). Por otra parte el sultán se hizo dueño del Mediterráneo, aunque no pudo dominar la resistencia de Malta. Selim II (1566-74) conquistó Chipre y muchas islas jónicas, pero la batalla de Lepanto, en octubre de 1571, mostró a Europa que los turcos no eran en realidad invencibles. La decadencia del imperio era visible en todas partes en la época de los tres sultanes débiles, Murad II, Mohamed III y Ahmed I, especialmente en Persia y Hungría. «Expansión musulmana: El imperio turco»