Guerra de sucesión castellana (Spanish Wikipedia)

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  • Orden de los RR.CC. dada en Trujillo a 17 de febrero de 1479, citada con la referencia «Archivo de Sevilla, libro 1, f. 370» en FERNÁNDEZ DE NAVARRETE, Martín (1825). Colección de los Viajes.... Madrid. 

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  • La solución de este conflicto es también semejante a la anterior; la indecisa batalla de Toro, que no lo fue ciertamente en sus resultados y consecuencias, pone término al indudable “peligro portugués” para Castilla., Julián MARÍA RUBIO en Felipe II y Portugal, Voluntad, Madrid, 1927, Volume I de Manuales Hispania, página 34.
  • cronista Andrés Bernaldez (castellano): “…E al fin el rey D. Afuenso fue vencido... e mucha de su gente muerta... E su hijo el Príncipe de Portugal quedó con una gruesa batalla de caballeros a una parte encima de un cabezo que nunca osó romper [por su parte, los castellanos también nunca osaron atacarlo]... la gente del Rey D. Fernando, así peones como caballeros, cogieron el campo y toda la presa que allí obtenieron delante del Príncipe de Portugal [la expresión ''delante" muestra como portugueses y castellanos permanecieron cara a cara], que no se movió nunca aquella noche de encima de un cerro, fasta que...el Rey D. Fernando se partió cogida su gente con la presa a Zamora. Entonce el Príncipe de Portugal se partió para Toro. [Bernaldez muestra así que el ejército del príncipe regresó à Toro solamente después de la retirada Castellana hasta Zamora.]...” en Historia de los Reyes Católicos D. Fernando y Dª Isabel, Tome I, Imprenta y librería de D. José Maria Zamora, Granada, 1856, capítulo XXIII, p.61-62.

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  • Los dos ejércitos chocaron en los campos de Toro, y la batalla resultó indecisa. Pero, mientras el Rey de Portugal se dedicaba a reorganizar sus tropas, Fernando envió correos a todas las ciudades de Castilla, y a varios reinos extranjeros, dándoles la noticia de una gran victoria, en la que las tropas portuguesas habían sido aplastadas. Ante tales noticias, el partido de la Beltraneja se disolvió, y el portugués se vio forzado a regresar a su reino. (Justo L. González) en: Historia del Cristianismo, Editorial Unilit, Miami, 1994, Tome 2, Parte II (La era de los conquistadores), p. 68. Sobre la importancia de la propaganda en el conflicto véanse los trabajos Carrasco Manchado, Ana Isabel (2006), Isabel I y la sombra de la ilegitimidad; Villarroel González, Óscar (2014), Juana la Beltraneja. La construcción de una ilegitimidad; Corral Sánchez, Nuria (2018), "Dios salve a las reinas. Propaganda y legitimación en la Guerra de Sucesión castellana (1475-1479)", Ammentu, 1/12, pp. 35-48.

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  • Hernando del Pulgar (castellano): [mientras el ala derecha castellana era desbaratada por el ala izquierda portuguesa]...El Rey é los de su batalla [centro], é los otros Grandes é Caballeros que iban en las otras escuadras á la mano izquierda, encontraron [respectivamente] con la batalla del Rey de Portugal [centro]…, é contra las otras de los Portugueses que iban en el ala de su mano derecha (…). Al fin no pudiendo los Portugueses sufrir las fuerzas de los Castellanos, fueron desbaratados, é vueltas las espaldas se pusieron en huida por escapar en la guarida que tenían cerca en la ciudad de Toro. É muchos de los peones Portugueses é otros caballeros, se lanzaron en el río de Duero pensando escapar nadando (…). El Rey de Portugal …con tres ó cuatro que quedaron con él de todos los que tenían cargo de guardar su persona, aportó esa noche á Castronuño…fue tomado por el Cardenal…el estandarte del Rey de Portugal…y encomendó el estandarte á dos caballeros…los cuales lo tornaron á perder [la unanimidad de los cronistas portugueses y también los cronistas españoles António de Nebrija (traductor para latín de la crónica de Pulgar, Decada I, libro V, capítulo VII) y Esteban de Garibay ( ''Compendio Historial'', tomo 2, Barcelona, 1628, libro 18, capítulo VII, p. 597), confirman que los portugueses reconquistaron su estandarte real]…é fueron muertos muchos de la una parte é de la otra[los castellanos] repartían los despojos que habían habido: como quier que por ser de noche é muy escura, fueron en poca cantidad ”... en Crónica de los señores reyes católicos Don Fernando y Doña Isabel de Castilla y de Aragón, capítulos XLV y XLVII, p. 87- 90.
  • cronista Hernando del Pulgar (castellano): “...las batallas se invistieron unas en otras (…). É luego aquellos seis capitanes Castellanos, que habemos dicho que iban á la mano derecha de la batalla del Rey contra los cuales vino á encontrar el Príncipe de Portugal y el Obispo de Évora, volvieron las espaldas, é se pusieron en huida (…) porque la batalla de los Portugueses iba toda junta, é la de los Castellanos repartida en seis partes, en especial por el gran daño que á los primeros encuentros recibieron de la muchedumbre de las espingardas é artillería que venia en la batalla del Príncipe…aquellas seis batallas de los Castellanos desbaratados…por el Príncipe de Portugal…” en Crónica de los señores reyes católicos Don Fernando y Doña Isabel de Castilla y de Aragón, capítulo XLV, p. 87- 88.
  • cronista Hernando del Pulgar (castellano): “...visto el vencimiento que el Rey [Fernando] é los de las otras batallas que con él eran habían hecho por la parte do peleaban (…). El Príncipe de Portugal, visto que la gente del Rey su padre era vencida é desbaratada, pensando reparar algunos de los que iban huyendo [hombres de Alfonso V] , subió sobre un cabezo, á donde tañendo las trompetas, é haciendo fuegos, é recogiendo su gente, estuvo quedo [los cronistas portugueses informan que se unieron al príncipe Juan no solo hombres de Alfonso V pero también sus hombres retornados de la persecución de los castellanos derrotados por ello y también refuerzos de Toro, formando una gran fuerza. Esto demuenstra lo fácil que era llegar al príncipe.](...). Contra el qual [el príncipe Juan] el Cardenal de España, é ansimesmo el Duque de Alba, quisieran ir con algunos que pudieran recoger de aquellos que venían del alcance, é de otros que andaban derramados por el campo tomando caballos é prisioneros: é no pudieron recoger la gente ni moverla, porque la noche era tan escura, que ni se veían ni se conocían unos á otros, é la gente estaba cansada, é de ellos no habían comido en todo el día, porque de Zamora habían salido mucho por la mañana. El Rey [Fernando] volvió luego para la ciudad de Zamora, porque le dijeron que podría venir gente del Rey de Portugal, de la que había quedado en la ciudad de Toro por la otra parte del río, á dar en las estanzas que dejó sobre la fortaleza de Zamora. Y el Cardenal y el Duque de Alba quedaron en el campo recogiendo la gente, é volvieron con ella á la ciudad de Zamora…[El cronista oficial de los reyes católicos no solo muestra que Fernando se retiró del campo antes del cardenal Mendoza y del duque de Alba, pero también que el ejército castellano se retiró igualmente para Zamora- después de una tentativa frustrada para atacar el príncipe portugués- que se quedó solo en el campo. Pulgar siente la necesidad de justificar esta retirada castellana con circunstancias que también se aplicaban al enemigo. Si los fugitivos de Afonso V pudieron alcanzar el príncipe, como dice Pulgar, los castellanos también lo podrían.] en Crónica de los señores reyes católicos Don Fernando y Doña Isabel de Castilla y de Aragón, capítulo XLV, p. 88- 89.
  • ÁLVAREZ PALENZUELA: “Tal es la batalla de Toro; el ejército portugués no había sido propiamente derrotado, pero, sin embargo, la sensación era de total hundimiento de la causa de doña Juana. Tenía sentido que para los castellanos Toro fuera considerado como la divina retribución, la compensación querida por Dios para compensar el terrible desastre de Aljubarrota, vivo aún en la memoria castellana.” en La guerra civil castellana y el enfrentamiento con Portugal (1475-1479), 2006.

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  • cronista Álvaro Lopes de Chaves (portugués y testimonia ocular): [Después de vencer en su sector, el Principe Juan] volvió sobre las batallas del dicho rey Fernando, y aunque por la gente que de sus batallas se había desparramado en persecución de los desbaratados, quedó con él tan poca gente que la que estaba en la batalla de los contrarios era mucha mas en número, sin embargo dió en ella y la desbarató [probablemente algunos castellanos dispersos, saqueando los despojos portugueses], siguiendo hasta dar [toparse] en otras batallas de los contrarios, y cuando las reconoció Y vio la multitud de los contrarios, por recoger alguna de su gente que andaba desmandada en el alcance, mandó estar queda a su batalla, porque la gente de los contrarios seria tres tantos como la suya, donde estuvo queda algunas horas, y tan cerca una gente de la otra, que algunos caballeros de una y otra parte salían de las batallas á arremeter con las lanzas [combates medievales individuales]...y los contrarios...arrancaron del campo yendo-se camino de Zamora como desbaratados [desordenadamente] .” En: Livro de apontamentos (1483-1489), 1984, descripción del libro (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).. (Una traducción castellana de este relato de la batalla se puede encontrar en: Cesáreo Fernández Duro- La batalla de Toro (1476). Datos y documentos para su monografía histórica, Boletín de la Real Academia de la Historia, tome 38, Madrid, 1901, p. 254-257).
  • FERNÁNDEZ DURO, Cesáreo (1901). «La batalla de Toro (1476). Datos y documentos para su monografía histórica». Boletín de la Real Academia de la Historia. tomo 38 (1901). 

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  • cronista Álvaro Lopes de Chaves (portugués y testimonia ocular): [Después de vencer en su sector, el Principe Juan] volvió sobre las batallas del dicho rey Fernando, y aunque por la gente que de sus batallas se había desparramado en persecución de los desbaratados, quedó con él tan poca gente que la que estaba en la batalla de los contrarios era mucha mas en número, sin embargo dió en ella y la desbarató [probablemente algunos castellanos dispersos, saqueando los despojos portugueses], siguiendo hasta dar [toparse] en otras batallas de los contrarios, y cuando las reconoció Y vio la multitud de los contrarios, por recoger alguna de su gente que andaba desmandada en el alcance, mandó estar queda a su batalla, porque la gente de los contrarios seria tres tantos como la suya, donde estuvo queda algunas horas, y tan cerca una gente de la otra, que algunos caballeros de una y otra parte salían de las batallas á arremeter con las lanzas [combates medievales individuales]...y los contrarios...arrancaron del campo yendo-se camino de Zamora como desbaratados [desordenadamente] .” En: Livro de apontamentos (1483-1489), 1984, descripción del libro (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).. (Una traducción castellana de este relato de la batalla se puede encontrar en: Cesáreo Fernández Duro- La batalla de Toro (1476). Datos y documentos para su monografía histórica, Boletín de la Real Academia de la Historia, tome 38, Madrid, 1901, p. 254-257).

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  • Después de nueve meses ocupados con ataques fronterizos y negociaciones infructuosas, los ejércitos castellano y portugués se enfrentaron en Toro…y libraron una batalla indecisa, ya que mientras Alfonso fue derrotado y huyó, su hijo Juan destruyó a las fuerzas que se oponían a él. (John B. Bury) en The Cambridge Medieval History, Macmillan, 1959, p. 523.

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  • La solución de este conflicto es también semejante a la anterior; la indecisa batalla de Toro, que no lo fue ciertamente en sus resultados y consecuencias, pone término al indudable “peligro portugués” para Castilla., Julián MARÍA RUBIO en Felipe II y Portugal, Voluntad, Madrid, 1927, Volume I de Manuales Hispania, página 34.
  • Desde un punto de vista estrictamente militar, no puede considerarse la batalla de Toro como una clara victoria castellana, sino solamente como un encuentro ventajoso para los Reyes Católicos. No es su valor intrínseco lo que provoca la jubilosa explosión de los cronistas, sino las consecuencias que de ella se derivaron. Decide la guerra, eso es todo, porque desanima definitivamente a los partidarios de Juana (página 157)Pero en esto documento [la carta en la que Fernando comunicó su victoria a las ciudades] … no se contiene más que la escueta atribución de la victoria a las armas castellanas, lo que non contradice en modo alguno la realidad del hecho de que una parte del ejército portugués, vencedora del ala derecha castellana, permaneciera sobre el campo y pudiera retirarse al día siguiente sin ser molestada. Batalla sin interés desde el punto de vista militar, lo tiene muy grande desde el político, y en este sentido es enteramente favorable a los Reyes Católicos (página 161) No victoria militar, pero sí victoria política, la batalla de Toro constituye, por si sola, un acontecimiento decisivo, porque resuelve la guerra civil a favor de los Reyes Católicos” (página 163), en La España de los Reyes Católicos (1474-1516), Espasa-Calpe, 1.ª edición: 1969, 2.ª edición: 1995; Autores: Juan de MATA CARRIAZO; SUÁREZ FERNÁNDEZ; M. FERNÁNDEZ ÁLVÁREZ
  • En una guerra en la cual los castellanos quedaron vencedores en tierra y los portugueses en el mar,… en Bailey W. DIFFIE y George D. WINIUS- Foundations of the Portuguese empire 1415-1580, volume I, University of Minnesota Press, 1985, p.152.
  • Sin embargo, en 1478 los portugueses sorprenderán treinta y cinco navíos retornados de la Mina [en Guinea] y tomarán todo su oro… otra expedición castellana a la Mina, la de Eustache de la Fosse, fue interceptada en 1480... Tomando en consideración todos los hechos, no es sorprendente que los portugueses emergiesen vencedores de esta primera guerra naval y colonial. Ellos estaban mucho mejor organizados que los castellanos, fueron capaces de obtener dinero para la preparación y abastecimiento de sus flotas, y tuvieron una clara lideranza… del príncipe Juan. en Malyn NEWITT- A history of Portuguese overseas expansion, 1400-1668, Routledge, New York, 2005, pp. 37-38.
  • Después de nueve meses ocupados con ataques fronterizos y negociaciones infructuosas, los ejércitos castellano y portugués se enfrentaron en Toro…y libraron una batalla indecisa, ya que mientras Alfonso fue derrotado y huyó, su hijo Juan destruyó a las fuerzas que se oponían a él. (John B. Bury) en The Cambridge Medieval History, Macmillan, 1959, p. 523.
  • … en la … batalla de Toro, que, aunque de resultado incierto, Fernando, con habilidad, supo explotar propagandísticamente. en Juan BATISTA GONZÁLEZ- España Estratégica, guerra y diplomacia en la historia de España, Sílex ediciones, Madrid, 2007, p.222.

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  • cronista Esteban de Garibay (vasco): “don Alonso de Fonseca primero, y después don Alvaro de Mendonça (…) y luego otros [capitanes] suplicaron al Rey les hiciese merced que ellos acometiesen los primeros al escuadrón , en que el Príncipe heredero de Portugal estaba, que era la fuerza del ejercito portugués [su ala izquierda], y como el Rey les dejase, mas antes arremeted todos juntos, salieron las seis batallas [que formaban la ala derecha del ejército Castellano], primero nombradas. Los cuales hiriendo a los escuadrones del Príncipe y del Obispo de Évora, fueran rebatidos con muerte de muchos, por la artillería y ballestería, que la infantería portuguesa disparó y fortaleza que en los portugueses hallaron, de modo que (…) por mostrarse al principio la victoria por los portugueses (…)” En: Compendio Historial, tome 2, Barcelona, 1628, book 18, capítulo VII, p. 597.

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  • Desde un punto de vista estrictamente militar, no puede considerarse la batalla de Toro como una clara victoria castellana, sino solamente como un encuentro ventajoso para los Reyes Católicos. No es su valor intrínseco lo que provoca la jubilosa explosión de los cronistas, sino las consecuencias que de ella se derivaron. Decide la guerra, eso es todo, porque desanima definitivamente a los partidarios de Juana (página 157)Pero en esto documento [la carta en la que Fernando comunicó su victoria a las ciudades] … no se contiene más que la escueta atribución de la victoria a las armas castellanas, lo que non contradice en modo alguno la realidad del hecho de que una parte del ejército portugués, vencedora del ala derecha castellana, permaneciera sobre el campo y pudiera retirarse al día siguiente sin ser molestada. Batalla sin interés desde el punto de vista militar, lo tiene muy grande desde el político, y en este sentido es enteramente favorable a los Reyes Católicos (página 161) No victoria militar, pero sí victoria política, la batalla de Toro constituye, por si sola, un acontecimiento decisivo, porque resuelve la guerra civil a favor de los Reyes Católicos” (página 163), en La España de los Reyes Católicos (1474-1516), Espasa-Calpe, 1.ª edición: 1969, 2.ª edición: 1995; Autores: Juan de MATA CARRIAZO; SUÁREZ FERNÁNDEZ; M. FERNÁNDEZ ÁLVÁREZ
  • cronista Juan de Mariana (castellano): “Dióse la señal de acometer y la gente de á caballo que llevaba Don Alvaro [ala derecha castellana dividida en 6 batallas de caballeros, siendo Alvaro de Mendoza su principal capitan] se adelantaron...recibiólos Don Juan Príncipe de Portugal...cuya carga el esquadron de Alvaro de Mendoza no pudo sufrir, antes se desbarataron y pusieron en huida.” en Historia General de España, tome V, Barcelona, 1839, libro XXIV, capítulo X, p.299.
  • cronista Juan de Mariana (castellano): “…los enemigos, que con D. Juan Príncipe de Portugal sin ser desbaratados se estuvieron en un altanazo en ordenanza hasta muy tarde. (…): así á vista los unos de los otros [castellanos y portugueses] se estuvieron en el mismo lugar algunas horas; los portugueses guardaron mas tiempo su puesto...” en Historia General de España, tome V, Barcelona, 1839, libro XXIV, capítulo X, p.299-300.
  • …mientras parte del ejército portugués se hallaba en completa desbandada, huyendo su rey hasta Castronuño, el que obedecía a su hijo conservaba el campo más tiempo que los castellanos: D. Gaspar CALVO ALAGUERO (el gran cronista Zamorano de los tiempos modernos) en Historia de la Muy Noble, Muy Leal, y Antigua Ciudad de Toro, Con Noticias Biográficas de Sus Más Ilustres Hijos, Valladolid, 1909, p. 216, citado por Orestes Ferrara en Un pleito sucesorio: Enrique IV, Isabel de Castilla y la Beltraneja, Ediciones “La Nave”, 1945, página 403
  • La batalla fue reñida e incierta, por lo que ambos bandos se atribuyeron la victoria. El príncipe Juan, hijo de Alfonso de Portugal, envió cartas a las ciudades portuguesas declarando la victoria. Y Fernando de Aragón hizo lo mismo. Los dos quisieron beneficiarse de la propaganda de la victoria [Sin embargo, mientras que la opinión pública castellana era decisiva para el desenlace de la guerra civil, la portuguesa no lo era.]. (…). Es difícil valorar la importancia de esta batalla desde el punto de vista militar. Lo cierto es que fue un revulsivo moral para el partido de Isabel y Fernando. En Ana Isabel CARRASCO MANCHADO Isabel I de Castilla Y la sombra de la ilegitimidad, propaganda y representación en el conflicto sucesorio (1474-1482) , Síllex ediciones, Madrid, 2006, páginas 195-196
  • Estas maniobras llevaron a la curiosa batalla de Toro… la tarde ya estaba muy adelantada cuando [Fernando] alcanzó a los portugueses. Su ala izquierda cerca del río hizo retroceder a D. Afonso en desorden, pero en la izquierda portuguesa, el príncipe Juan fue igualmente victorioso. Como en ese momento era muy oscuro, brumoso y lloviendo a cántaros, nadie sabía lo que había sucedido en realidad. en CHRISTOPHER R. BELL- Portugal and the quest for the Indies, Barnes & Noble, New York, 1974, página 130
  • … en la … batalla de Toro, que, aunque de resultado incierto, Fernando, con habilidad, supo explotar propagandísticamente. en Juan BATISTA GONZÁLEZ- España Estratégica, guerra y diplomacia en la historia de España, Sílex ediciones, Madrid, 2007, p.222.
  • Los dos ejércitos chocaron en los campos de Toro, y la batalla resultó indecisa. Pero, mientras el Rey de Portugal se dedicaba a reorganizar sus tropas, Fernando envió correos a todas las ciudades de Castilla, y a varios reinos extranjeros, dándoles la noticia de una gran victoria, en la que las tropas portuguesas habían sido aplastadas. Ante tales noticias, el partido de la Beltraneja se disolvió, y el portugués se vio forzado a regresar a su reino. (Justo L. González) en: Historia del Cristianismo, Editorial Unilit, Miami, 1994, Tome 2, Parte II (La era de los conquistadores), p. 68. Sobre la importancia de la propaganda en el conflicto véanse los trabajos Carrasco Manchado, Ana Isabel (2006), Isabel I y la sombra de la ilegitimidad; Villarroel González, Óscar (2014), Juana la Beltraneja. La construcción de una ilegitimidad; Corral Sánchez, Nuria (2018), "Dios salve a las reinas. Propaganda y legitimación en la Guerra de Sucesión castellana (1475-1479)", Ammentu, 1/12, pp. 35-48.
  • El texto del tratado, en Recueil général des anciennes lois françaises, X, pp. 799-804 (en latín).

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  • Desde un punto de vista estrictamente militar, no puede considerarse la batalla de Toro como una clara victoria castellana, sino solamente como un encuentro ventajoso para los Reyes Católicos. No es su valor intrínseco lo que provoca la jubilosa explosión de los cronistas, sino las consecuencias que de ella se derivaron. Decide la guerra, eso es todo, porque desanima definitivamente a los partidarios de Juana (página 157)Pero en esto documento [la carta en la que Fernando comunicó su victoria a las ciudades] … no se contiene más que la escueta atribución de la victoria a las armas castellanas, lo que non contradice en modo alguno la realidad del hecho de que una parte del ejército portugués, vencedora del ala derecha castellana, permaneciera sobre el campo y pudiera retirarse al día siguiente sin ser molestada. Batalla sin interés desde el punto de vista militar, lo tiene muy grande desde el político, y en este sentido es enteramente favorable a los Reyes Católicos (página 161) No victoria militar, pero sí victoria política, la batalla de Toro constituye, por si sola, un acontecimiento decisivo, porque resuelve la guerra civil a favor de los Reyes Católicos” (página 163), en La España de los Reyes Católicos (1474-1516), Espasa-Calpe, 1.ª edición: 1969, 2.ª edición: 1995; Autores: Juan de MATA CARRIAZO; SUÁREZ FERNÁNDEZ; M. FERNÁNDEZ ÁLVÁREZ
  • En una guerra en la cual los castellanos quedaron vencedores en tierra y los portugueses en el mar,… en Bailey W. DIFFIE y George D. WINIUS- Foundations of the Portuguese empire 1415-1580, volume I, University of Minnesota Press, 1985, p.152.
  • Sin embargo, en 1478 los portugueses sorprenderán treinta y cinco navíos retornados de la Mina [en Guinea] y tomarán todo su oro… otra expedición castellana a la Mina, la de Eustache de la Fosse, fue interceptada en 1480... Tomando en consideración todos los hechos, no es sorprendente que los portugueses emergiesen vencedores de esta primera guerra naval y colonial. Ellos estaban mucho mejor organizados que los castellanos, fueron capaces de obtener dinero para la preparación y abastecimiento de sus flotas, y tuvieron una clara lideranza… del príncipe Juan. en Malyn NEWITT- A history of Portuguese overseas expansion, 1400-1668, Routledge, New York, 2005, pp. 37-38.
  • …mientras parte del ejército portugués se hallaba en completa desbandada, huyendo su rey hasta Castronuño, el que obedecía a su hijo conservaba el campo más tiempo que los castellanos: D. Gaspar CALVO ALAGUERO (el gran cronista Zamorano de los tiempos modernos) en Historia de la Muy Noble, Muy Leal, y Antigua Ciudad de Toro, Con Noticias Biográficas de Sus Más Ilustres Hijos, Valladolid, 1909, p. 216, citado por Orestes Ferrara en Un pleito sucesorio: Enrique IV, Isabel de Castilla y la Beltraneja, Ediciones “La Nave”, 1945, página 403

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  • cronista Rui de Pina (portugués): “...el príncipe después del desbarato que hizo…recogiendo su gente [desparramada en persecución de los castellanos vencidos] …a que muchos de la batalla vencida del Rey D. Afonso…se recogieron, con los cuales, y con otros…que vinieron de [la ciudad] de Toro, reconstituyó una gruesa batalla…el Rey D. Fernando….cuando luego vio vencidas y desbaratadas sus tamañas y primeras batallas [ala derecha castellana] , por las batallas del Príncipe…creyendo que así lo serian las otras suyas por las del Rey D. Afonso, fue aconsejado a retirarse como lo hizo, y se fue a Zamora. Por lo cual su gente [peligrosamente dispersa y dividida entre perseguir a los portugueses derrotados y saquear sus despojos] se encontrando en el campo sin Rey…con temor de la batalla del Príncipe que veían reconstituida…se reconstituirán también junto a ella en otra batalla de que unos y otros no se podían ver pero si oír; porque en este tiempo la noche era casi cerrada, y todo el daño que de una parte y de la otra se hacían era solamente gritos y tocar las trompetas y atabales que nunca cesaban [procedimientos de intimidación]. Y estando así en el campo juntas ambas estas batallas contrarias, la de los castellanos por estar sin Rey y dudosa de su ventura…comenzaron a agitarse…mostrando claros señales de derrota se fueran acometidos. (…) y sin alguna disciplina y con mucha desorden se acogieran a Zamora. Por lo que encontrándose el Príncipe solo en el campo, y sin haber sufrido derrota, antes lo había hecho en los contrarios, se tuvo por heredero y señor de su propia victoria.” en Chronica de El- rei D.Affonso V... 3.º libro, capítulo CXCI, p.99-101.

lluisvives.com

  • Colmeiro, Manuel (1883). «22». Cortes de los antiguos reinos de León y de Castilla. Madrid: Impresores de la Real Casa. Archivado desde el original el 18 de mayo de 2014. Consultado el 29 de mayo de 2012. 

purl.pt

  • cronista Damião de Góis (portugués): “… el príncipe D. Juan fue herir las 5 batallas [castellanas], y lo mismo hizo D. Pedro de Meneses en la sexta, que se apartara de las otras como ya he dicho, y el primero de todos que rompió fue Gonçalo Vaz de Castelo-Branco: estas dos alas [las 6 batallas que formaban el ala dercha castellana estaban dividida en 2 líneas o alas, las 5 primeras en la vanguardia y la sobrante en la retaguardia] que iban todas a la mano derecha de la batalla real de los castellanos, de quien los nuestros fueron recibidos como de esforzados caballeros, porque muy valerosamente llamando Santiago se encontraron con los [hombres] del príncipe, cuya fuerza no la pudiendo sufrir, comenzaran de huir, matando, y cautivando los nuestros muchos de ellos, y de los que escaparan algunos se acogieran a su bandera real y batalla real, que estaba a la mano izquierda de estas seis batallas [castellanas] .” en Chronica do Principe D. Joam, capítulo LXXVIII, p.298, 299.
  • cronista Damião de Góis (portugués): “...El Príncipe [Juan]…, lo cual, hasta el tiempo del desbarato del Rey su padre, estuvo persiguiendo las seis alas [ala derecha castellana] por ello desbaratadas, pero dándose cuenta de lo que estaba sucediendo [con las tropas de su padre] comenzó a recoger los [sus hombres] que las perseguían en demasía, y no lo pudiendo hacer por orden [verbal] …con la gente que consigo tenia, haciendo-se fuerte en una asomada…donde con las trompetas y atabales…y con fuegos…daba señale a los esparcidos en el campo para se acogieren a ello, y así lo hicieron no solamente los que faltaban de su ala, pero muchos de los destrozados…del Rey , y con toda esta gente hizo el Príncipe una gruesa y fuerte batalla con la cual había determinado, por la mañana , acometer la ….batalla de los Castellanos que se formara en el campo, y se pusiera tan cerca de la suya que de una a la otra se oía claramente lo que hablaban …siendo ya pasada gran parte de la noche, sabiendo los castellanos…como el Rey D. Fernando se acogiera para Zamora… partieran del campo…sin que el Cardenal de Castilla, ni el Duque de Alba les pudiesen poner orden; los cuales viendo como la gente toda se escapaba, con la que les quedó se fueron à Zamora lo mas silenciosamente que pudieron, y puesto que su retirada fuese sentida por el Príncipe…que no quiso seguirlos…temiendo [que la retirada castellana fuese] uno ardil de guerra, pero esto no era la intencione de los Castellanos, porque por la mañana ninguno de ellos fue visto en el campo ni en las montañas…quedando el Príncipe D. Juan victorioso con toda su gente en orden…envió todos los prisioneros [castellanos] para Toro…quiso quedar-se no campo los tres días del vencedor [tradición de la caballeria de la época baseada en el costumbre germanico de '''Sessio Triduana''', que determinaba que el comprador de una propiedad debería permanecer en ella durante los tres días subsecuentes a la compra, para consumar la apropiación, que de esto modo se quedaba indisputable], lo que el Obispo de Toledo no lo aconsejó, mostrándole … que tres horas…se podían tomar por tres días…con lo que…el Príncipe, contrariado…se fue [pasadas las 3 horas y hecho todo el ruido necessário] con las banderas desplegadas [y tocando las trompetas y atabales en señal de victoria, como relatado por el cronista portugués Garcia de Resende en ''Vida e Feitos D' El-Rey Dom João Segundo'', capítulo XIII] a camino de Toro ” en Chronica do Principe D. Joam, capítulos LXXVIII y LXXIX.

unirioja.es

dialnet.unirioja.es

  • Rafael DOMÍNGUEZ CASAS: “…San Juan de los Reyes es el resultado de la voluntad real de fundar un monasterio para conmemorar la victoria en una batalla de resultado incierto, pero decisivo, la reñida en Toro en 1476, que consolidó la unión de los dos reinos más importantes de la Península.”- San Juan de los reyes: espacio funerario y aposento regio en Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, número 56, 1990, p.364.

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  • Colmeiro, Manuel (1883). «22». Cortes de los antiguos reinos de León y de Castilla. Madrid: Impresores de la Real Casa. Archivado desde el original el 18 de mayo de 2014. Consultado el 29 de mayo de 2012. 
  • cronista Álvaro Lopes de Chaves (portugués y testimonia ocular): [Después de vencer en su sector, el Principe Juan] volvió sobre las batallas del dicho rey Fernando, y aunque por la gente que de sus batallas se había desparramado en persecución de los desbaratados, quedó con él tan poca gente que la que estaba en la batalla de los contrarios era mucha mas en número, sin embargo dió en ella y la desbarató [probablemente algunos castellanos dispersos, saqueando los despojos portugueses], siguiendo hasta dar [toparse] en otras batallas de los contrarios, y cuando las reconoció Y vio la multitud de los contrarios, por recoger alguna de su gente que andaba desmandada en el alcance, mandó estar queda a su batalla, porque la gente de los contrarios seria tres tantos como la suya, donde estuvo queda algunas horas, y tan cerca una gente de la otra, que algunos caballeros de una y otra parte salían de las batallas á arremeter con las lanzas [combates medievales individuales]...y los contrarios...arrancaron del campo yendo-se camino de Zamora como desbaratados [desordenadamente] .” En: Livro de apontamentos (1483-1489), 1984, descripción del libro (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).. (Una traducción castellana de este relato de la batalla se puede encontrar en: Cesáreo Fernández Duro- La batalla de Toro (1476). Datos y documentos para su monografía histórica, Boletín de la Real Academia de la Historia, tome 38, Madrid, 1901, p. 254-257).
  • Los dos ejércitos chocaron en los campos de Toro, y la batalla resultó indecisa. Pero, mientras el Rey de Portugal se dedicaba a reorganizar sus tropas, Fernando envió correos a todas las ciudades de Castilla, y a varios reinos extranjeros, dándoles la noticia de una gran victoria, en la que las tropas portuguesas habían sido aplastadas. Ante tales noticias, el partido de la Beltraneja se disolvió, y el portugués se vio forzado a regresar a su reino. (Justo L. González) en: Historia del Cristianismo, Editorial Unilit, Miami, 1994, Tome 2, Parte II (La era de los conquistadores), p. 68. Sobre la importancia de la propaganda en el conflicto véanse los trabajos Carrasco Manchado, Ana Isabel (2006), Isabel I y la sombra de la ilegitimidad; Villarroel González, Óscar (2014), Juana la Beltraneja. La construcción de una ilegitimidad; Corral Sánchez, Nuria (2018), "Dios salve a las reinas. Propaganda y legitimación en la Guerra de Sucesión castellana (1475-1479)", Ammentu, 1/12, pp. 35-48.
  • SUÁREZ FERNÁNDEZ, Luis (1982). «Fernando el Católico y Leonor de Navarra». Estudios en memoria del Profesor D. Salvador de Moxó, II. Madrid: Universidad Complutense. 
  • ...la flota que nos hemos mandado o mandaremos armar para la Guinea y Mina de Oro Carta de los Reyes Católicos a John Boscán fechada a 6 de febrero de 1478 en Sevilla

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  • Garcia de Resende (portugués): “...Y así como el Príncipe desbarató estas dos grandes batallas [ala derecha castellana dividida en 6 cuerpos dispuestos en 2 líneas o batallas ], así la batalla grande de El Rey D. Fernando desbarató la del Rey D. Afonso, porque venían en ella mucha y muy gruesa gente de armas, y muchos cubiertos [armaduras pesadas] y gran soma de espingarderos que hicieron gran daño a los caballos.” En Vida e feitos d’El Rei D.João II, capítulo XIII.
  • cronista Garcia de Resende (Português): “Siendo así las batallas ordenadas de una parte y de la otra para combatir siendo casi sol puesto, el rey mandó decir al príncipe que le mandaba la bendición de Dios y la suya, y que con ella atacase duramente en los contrarios; Y él, por le obedecer (…), después de hecho el señal por las trompetas, (…) bramando todos por el nombre de San Jorge, con gran fuerza y ímpetu invistió tan bravamente en las batallas contrarias [castellanas], que teniendo mucha mas gente, no pudieron sufrir ni resistir a los grandes y duros combates, y sin mucha demora fueron luego desbaratadas y puestas en huida, con mucha perdidas (…) y el príncipe, como prudente capitán, mirando la gran victoria que Dios le diera y la buena ventura de aquella hora, quiso mantener mas la honra de tamaña victoria que continuar la persecución. [Sin embargo, los cronistas portugueses declaran unánimemente que la mayor parte de los hombres del príncipe persiguió los castellanos derrotados durante mucho tiempo y distancia, lo que dejó las fuerzas del príncipe momentáneamente sin poder operacional hasta el regreso de ellos y de los fugitivos de su padre.] en Vida e feitos d’El Rei D.João II, capítulo XIII.