Así, entre otros historiadores, Gonzalo Fernández (1985: 279-281) indica que «la práctica totalidad de las fuentes que existen acerca del linchamiento de Hipatia, atribuyen a Cirilo la inducción del asesinato» y valida esta opinión al afirmar que en lo sucesivo «Cirilo no se atrevió a realizar más actos violentos contra los filósofos paganos de Alejandría»; Marie Dzielska (1995: 97) apunta que, incluso si el crimen sucedió a sus espaldas, Cirilo debe ser considerado responsable en gran medida, «pues no hay ninguna duda de que fue uno de los instigadores principales de la campaña de difamación contra Hipatia, fomentando el prejuicio y la animosidad contra la filósofa y suscitando miedo sobre las consecuencias de sus presuntos hechizos de magia negra sobre el prefecto, los fieles de la comunidad cristiana y, de hecho, la ciudad en su conjunto»; José María Blázquez (2004: 14) considera la muerte de Hipatia un «éxito de Cirilo»; el mismo autor, en un estudio posterior (2008: 469) considera «muy probable» que Cirilo, al que califica de «hombre sin escrúpulos», fuera responsable del asesinato. Sin embargo, el teólogo católico Johannes Quasten afirma que «no parece que existan pruebas de que él tuviera parte en tan horrendo crimen» ([1]Johannes Quasten, Patrología II, Cirilo de Alejandría).
MAYOR FERRÁNDIZ, Teresa (15 de diciembre de 2013). Revista Clases de historia. Publicación digital de Historia y Ciencias Sociales. pp. Publicación digital de Historia y Ciencias Sociales Artículo Nº 406. ISSN1989-4988.
MAYOR FERRÁNDIZ, Teresa (15 de diciembre de 2013). Revista Clases de historia. Publicación digital de Historia y Ciencias Sociales. pp. Publicación digital de Historia y Ciencias Sociales Artículo Nº 406. ISSN1989-4988.