A pesar de que su nombre se asocia al maquiavelismo, postura asociada con esa frase, en realidad no aparece en ninguno de sus escritos. La expresión, en latín, parece ser original del jesuita Hermann Busembaum, probablemente influido por Baltasar Gracián (Oráculo manual, 1647). En Medula Theologiae (1650) el alemán escribió cum finis est licitus, etiam media sunt licita (citado en nota al Oráculo Manual, edición de Miguel Romera-Navarro). La postura jesuítica se denomina casuismo y está relacionada con la doctrina moral del mal menor. Charles E. O'Neill y Joaquín María Domínguez, El fin justifica los medios, en Diccionario histórico de la Compañía de Jesús, Universidad Pontificia de Comillas, 2001, ISBN 84-8468-037-1, pg. 187.
Es la décima de las conclusiones finales de la obra. La cita continúa: El gobierno del hombre por el hombre, bajo cualquier nombre con que se disfrace, es opresión. La más alta perfección de la sociedad está en la unión del orden y de la anarquía. Citado en el prólogo a La pornocracia, pg. 12).
De concordantia catholica, ed. v. Gerhard Kallen (Nicolai de Cusa opera omnia, iussu et auctoritate Academiae Litterarum Heidelbergensis ad codicum fidem edita, Bde XIV/1-4), Hamburg 1964-68 [1](enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
De concordantia catholica, ed. v. Gerhard Kallen (Nicolai de Cusa opera omnia, iussu et auctoritate Academiae Litterarum Heidelbergensis ad codicum fidem edita, Bde XIV/1-4), Hamburg 1964-68 [1](enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).