La indicación de Lucas 23, 38 de que la inscripción estaba en griego, latín y hebreo se encuentra en algunos manuscritos que contienen el Evangelio de Lucas, y también en la versión de la Biblia en latín (Erat autem et superscriptio scripta, super eum litteris graecis, et latinis, et hebraicis). Pero la mayoría de los traductores y comentaristas modernos no lo aceptan, porque parece ser un añadido del copista para uniformarlo con el Evangelio de Juan. Ver: Mattam, Zacharias (2002). Abriendo la Biblia. Escrutad las Escrituras porque ellas hablan de mí. Quito: Ediciones El Horeb. pp. 131-132. ISBN9978-22-221-9. Consultado el 17 de abril de 2014.