Belhmaied, Hayet (2018). «La tortura y las instituciones estatales: la Inquisición». Clío & Crímen: Revista del Centro de Historia del Crimen de Durango (15). ISSN1698-4374. «Que los dichos ynquisidores han tenido e tienen los presos deste linaje en mucha fatiga e oprisyón, tenéndoles en cárçeles pequeñas e oscuras [...] llenas de muchas suçiedades, ratones, culebras, gusanos e otras suçiedades,e otras dellas muy humedas, pasando en ellas mucho frío en los ynviernos e mucho calor en los veranos e mucha sed e hambre [...] seyendo aflegidos e bituperados con mucha soberbia de los carçeleros e gentes que guardan la cárçel. [...] Que han fecho dar a los presos muy grand e terribles tormentos, asi de agua como de garrotes a las manos e braços, como de garrucha, como de fuego [...] asi pareció aver sacado a quemar algún preso con los pies todos asados e quemados hasta el çelebrón, con los tormentos que le dieron, llevándolo en una silla como muerto a quemar, porque no podía ir con sus pies, y créese que el tal preso no quiso confesar la mentira de que era acusado, no enbargante que le fueron dados los dichos tormentos, lo hisyeron quemar a él e a su mujer».
Belhmaied, Hayet (2018). «La tortura y las instituciones estatales: la Inquisición». Clío & Crímen: Revista del Centro de Historia del Crimen de Durango (15). ISSN1698-4374. «Que los dichos ynquisidores han tenido e tienen los presos deste linaje en mucha fatiga e oprisyón, tenéndoles en cárçeles pequeñas e oscuras [...] llenas de muchas suçiedades, ratones, culebras, gusanos e otras suçiedades,e otras dellas muy humedas, pasando en ellas mucho frío en los ynviernos e mucho calor en los veranos e mucha sed e hambre [...] seyendo aflegidos e bituperados con mucha soberbia de los carçeleros e gentes que guardan la cárçel. [...] Que han fecho dar a los presos muy grand e terribles tormentos, asi de agua como de garrotes a las manos e braços, como de garrucha, como de fuego [...] asi pareció aver sacado a quemar algún preso con los pies todos asados e quemados hasta el çelebrón, con los tormentos que le dieron, llevándolo en una silla como muerto a quemar, porque no podía ir con sus pies, y créese que el tal preso no quiso confesar la mentira de que era acusado, no enbargante que le fueron dados los dichos tormentos, lo hisyeron quemar a él e a su mujer».