Analysis of information sources in references of the Wikipedia article "Mal menor" in Spanish language version.
El primer cuidado del que quiera aspirar a este justo medio, ha de consistir en alejarse del vicio que sea más contrario; pudiendo traerse aquí a cuento el consejo de Calipso [Los comentadores observan que Aristóteles se ha equivocado al atribuir a Calipso lo que Homero dice de Circe. Cita sin duda estos versos de memoria, y su recuerdo no es exacto. Véase la Odisea, canto XII, V. 219. Son las ordenes que Ulises comunica a su piloto conforme a los consejos de la diosa.]: «Dirige tu nave / Tan lejos como puedas de estos escollos y de este humo.» Porque de los dos extremos uno es siempre más culpable, y otro lo es un poco menos. Como es muy difícil encontrar este apetecido medio, es preciso, como ya se ha dicho, mudar de procedimiento, y entre los males tomar el menor. El verdadero medio de conseguirlo será la manera que hemos indicado. Y así, deberemos estudiar bien las tendencias que advirtamos como más naturales en nosotros; porque la naturaleza nos las da muy diversas; y lo que nos obligará a conocerlas, serán las emociones de placer y dolor que sentiremos. Será preciso que nos inclinemos en sentido contrario; porque alejándonos con todas nuestras fuerzas de la falta que tememos, nos colocamos en el medio, a la manera que sucede cuando se quiere enderezar un palo torcido.
Véase en griego en Bibliotheca Teubnerthana
El primer cuidado del que quiera aspirar a este justo medio, ha de consistir en alejarse del vicio que sea más contrario; pudiendo traerse aquí a cuento el consejo de Calipso [Los comentadores observan que Aristóteles se ha equivocado al atribuir a Calipso lo que Homero dice de Circe. Cita sin duda estos versos de memoria, y su recuerdo no es exacto. Véase la Odisea, canto XII, V. 219. Son las ordenes que Ulises comunica a su piloto conforme a los consejos de la diosa.]: «Dirige tu nave / Tan lejos como puedas de estos escollos y de este humo.» Porque de los dos extremos uno es siempre más culpable, y otro lo es un poco menos. Como es muy difícil encontrar este apetecido medio, es preciso, como ya se ha dicho, mudar de procedimiento, y entre los males tomar el menor. El verdadero medio de conseguirlo será la manera que hemos indicado. Y así, deberemos estudiar bien las tendencias que advirtamos como más naturales en nosotros; porque la naturaleza nos las da muy diversas; y lo que nos obligará a conocerlas, serán las emociones de placer y dolor que sentiremos. Será preciso que nos inclinemos en sentido contrario; porque alejándonos con todas nuestras fuerzas de la falta que tememos, nos colocamos en el medio, a la manera que sucede cuando se quiere enderezar un palo torcido.
Véase en griego en Bibliotheca Teubnerthana
El principio del mal menor es estudiado por los moralistas para el caso de la conciencia perpleja (los dos extremos opuestos del obrar los ve como pecado). Se dice que en este caso debe optar por elegir el mal menor entre los extremos pecaminosos que se le presentan. Caso muy diferente es cuando se plantea elegir un mal menor porque impide mayores males. En este sentido debemos decir que es falso elegir el mal menor cuando se dan dos males, pues la moralidad del acto depende en primer lugar del objeto elegido. Si éste es malo, la acción será siempre mala. Antes que hacer un mal menor, se debe preferir la muerte pues así lo exige la santidad a la que hemos sido llamados. No lo entienden así las teorías proporcionalistas y consecuencialistas. Hay que dejar claro que no cabe la elección del mal menor cuando la disyuntiva se da entre dos males morales (pecados) y entre el mal físico y el moral. ... El recurso al mal menor sólo es válido en la elección entre dos males físicos. Es la aplicación concreta al caso de la mutilación.
El primer cuidado del que quiera aspirar a este justo medio, ha de consistir en alejarse del vicio que sea más contrario; pudiendo traerse aquí a cuento el consejo de Calipso [Los comentadores observan que Aristóteles se ha equivocado al atribuir a Calipso lo que Homero dice de Circe. Cita sin duda estos versos de memoria, y su recuerdo no es exacto. Véase la Odisea, canto XII, V. 219. Son las ordenes que Ulises comunica a su piloto conforme a los consejos de la diosa.]: «Dirige tu nave / Tan lejos como puedas de estos escollos y de este humo.» Porque de los dos extremos uno es siempre más culpable, y otro lo es un poco menos. Como es muy difícil encontrar este apetecido medio, es preciso, como ya se ha dicho, mudar de procedimiento, y entre los males tomar el menor. El verdadero medio de conseguirlo será la manera que hemos indicado. Y así, deberemos estudiar bien las tendencias que advirtamos como más naturales en nosotros; porque la naturaleza nos las da muy diversas; y lo que nos obligará a conocerlas, serán las emociones de placer y dolor que sentiremos. Será preciso que nos inclinemos en sentido contrario; porque alejándonos con todas nuestras fuerzas de la falta que tememos, nos colocamos en el medio, a la manera que sucede cuando se quiere enderezar un palo torcido.
Véase en griego en Bibliotheca Teubnerthana
El principio del mal menor se encuentra ya en la ética clásica (Platón, Aristóteles, los Estoicos), ya que en ella no se afirman valores morales absolutos, sino que se buscan criterios comparativos para elegir entre bienes diferentes. Con el pensamiento cristiano no se admite la existencia ontológica del mal, pero se afirma la existencia del mal moral como mal absoluto (doctrina introducida por San Agustin y que permaneció en la ética y en la teología moral de los siglos posteriores). También se afirmó la existencia de valores absolutos y por lo tanto inviolables (por ejemplo la dignidad de la persona y los derechos humanos).Con esto cambia el contexto de aplicación del principio del mal menor, ya que un mal moral, o la violación de un valor absoluto, nunca se pueden considerar como "males menores" en comparación con otros males que se podrían así evitar. Todo esto se resume en el principio fundamental que nunca se puede cometer el mal para conseguir un bien. Por consiguiente se puede correctamente aplicar el principio del mal menor solamente cuando no sea posible suspender la acción y se trata de escoger entre dos males no absolutos. Entonces resulta ser un "criterio" más que un "principio", cuya aplicación tiene que ser cada vez muy limitada y bien definida. Como ejemplos de aplicación en la bioética se mencionan la eutanasia y el aborto (casos en los cuales el principio no se aplica) y los cuidados paliativos (en los cuales se aplica el principio).
El primer cuidado del que quiera aspirar a este justo medio, ha de consistir en alejarse del vicio que sea más contrario; pudiendo traerse aquí a cuento el consejo de Calipso [Los comentadores observan que Aristóteles se ha equivocado al atribuir a Calipso lo que Homero dice de Circe. Cita sin duda estos versos de memoria, y su recuerdo no es exacto. Véase la Odisea, canto XII, V. 219. Son las ordenes que Ulises comunica a su piloto conforme a los consejos de la diosa.]: «Dirige tu nave / Tan lejos como puedas de estos escollos y de este humo.» Porque de los dos extremos uno es siempre más culpable, y otro lo es un poco menos. Como es muy difícil encontrar este apetecido medio, es preciso, como ya se ha dicho, mudar de procedimiento, y entre los males tomar el menor. El verdadero medio de conseguirlo será la manera que hemos indicado. Y así, deberemos estudiar bien las tendencias que advirtamos como más naturales en nosotros; porque la naturaleza nos las da muy diversas; y lo que nos obligará a conocerlas, serán las emociones de placer y dolor que sentiremos. Será preciso que nos inclinemos en sentido contrario; porque alejándonos con todas nuestras fuerzas de la falta que tememos, nos colocamos en el medio, a la manera que sucede cuando se quiere enderezar un palo torcido.
Véase en griego en Bibliotheca Teubnerthana