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Comisión Interamericana de Derechos Humanos (11 de abril de 1980). VIII. Derechos laborales. «Informe sobre la situación de los derechos humanos en Argentina». OEA.
Pavón, Héctor (14 de febrero de 2016). «Entrevista a María Sáenz Quesada». Clarín. «Perón muere, asume Isabel. Aparece un frecuente visitante de Olivos, Emilio Eduardo Massera. –Massera era un gran seductor. Yo conversé con mujeres vinculadas a esta etapa, como la secretaria privada de Isabel, Dolores Ayerbe, y veía que Massera tenía una imagen, entre ellas, de un protector, de un hombre galante que les daba seguridad. Inclusive Isabel creyó que la Junta Militar la iba a fusilar, y que si eso no ocurrió fue gracias a Massera. En verdad, la Junta tenía un compromiso con el Nuncio papal y con la Iglesia de que no se le iba a hacer daño. En 1983 Massera viaja a Madrid y se teme que llegue a haber un acompañamiento del peronismo isabelino a la candidatura de Massera …».
A San Cayetano contra la dictadura militar. «Movilizaciones políticas y sociales bajo la mirada de la DIPPBA, 1956–1998. Movilizaciones políticas 1975-1998». Comisión por la Memoria de la Provincia de Buenos Aires. Consultado el 17 de enero de 2021.
Avellaneda, Nicolás (1 de mayo de 1876). «Mensaje del Presidente de la República Argentina, Nicolás Avellaneda, ante la Asamblea Legislativa». Constituciónweb. Consultado el 18 de noviembre de 2015. «Los tenedores de los bonos argentinos deben, a la verdad, reposar tranquilos. La República puede estar dividida hondamente en partidos internos; pero no tiene sino un honor y un crédito, como sólo tiene un nombre y una bandera ante los pueblos extraños. Hay dos millones de argentinos que econonomizarían hasta sobre su hambre y sobre su sed, para responder en una situación suprema a los compromisos de nuestra fe pública en los mercados extranjeros.»
Larraquy, Marcelo (2010). «Cap. 4: El bombardeo y la caída». Marcados a fuego 2: de Perón a Montoneros. Aguilar. Reproducido en «El bombardeo de Plaza de Mayo». El Ortiba.com. Archivado desde el original el 27 de octubre de 2011.
José Amorín, uno de los primeros integrantes de Montoneros dice: "Montoneros era una organización que tenía diferentes posturas estratégicas y en tal sentido el operativo para el asesinato de Rucci fue una idea de algunos miembros que integraban las FAR (...) Ellos tenían estudiado a Rucci, vieron donde descendía, lo tenían medido y empezaron a analizar un atentado contra él. Para marzo de 1973, se integran las dos conducciones nacionales, las de FAR y Montoneros, si bien públicamente se fusionan en octubre de ese año (...) En ese momento Montoneros no estaba convencido de atentar contra Rucci, pero en el ínterin ocurren los sucesos de Ezeiza donde se le atribuye parte de la responsabilidad al propio sindicalista y eso empieza a inclinar la balanza de un sector. De alguna manera gana consenso el tema de asesinarlo (...) Después de Ezeiza es prácticamente donde ya el tema esta firme pero aún bajo discusión. La conducción nacional estaba bastante dividida al respecto y su referente nacional que era Carlos Hobert, tenía posturas movimientistas por lo cual no iba a armar el operativo sin consenso. Sin embargo, con el desconocimiento incluso de referentes máximos, la operación se llevó adelante." «Testimonio de José Amorín». El Ortiba. Archivado desde el original el 18 de octubre de 2016. La exmilitante montonera Alicia Pierini desmiente que Montoneros pudiera haber estado involucrada en el atentado, pero admite la posibilidad que hayan sido las FAR. Pierini, Alicia (13 de agosto de 2009). «Caso Rucci: una nueva hipótesis». La Política Online.
Perrone, Néstor; Teixidó, Lucrecia (2007). «Estado y salud en la Argentina». Rev Maestria Salud Publica5 (10): 1-46. Archivado desde el original el 10 de diciembre de 2015. Consultado el 7 de diciembre de 2015. «Hasta los años cuarenta el sistema de salud se caracterizaba por un sector de medicina privada utilizada por la clase media y alta, un sistema de hospitales del Estado y de la beneficencia para los pobres, mutuales por nacionalidades y algunas pocas mutuales gremiales.»
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La primera huelga se inició el 19 de noviembre de 1950 y duró cinco días, hasta alcanzar un rápido acuerdo en el que se establecía en 22% de aumento salarial. El 14 de diciembre de 1950, el comité paralelo declaró una segunda huelga, dejando sin efecto el acuerdo alcanzado, durante la cual la empresa despidió huelguistas, la CGT intervino la UF y la policía reprimió las manifestaciones, con gran cantidad de detenidos. Un nuevo acuerdo se alcanzó seis días después, reponiendo el aumento concedido en el acuerdo anterior y manteniendo el salario familiar determinado en la resolución que regía desde el 1° de diciembre para los hijos hasta 15 años en lugar de los 18 años indicados en dicha resolución. Un mes después el comité paralelo declaró una nueva huelga, con nuevas exigencias, que se extendería por tres días. Esta última huelga fue repudiada por otros sindicatos, aislando a los huelguistas; a poco, luego de denunciar la presencia de funcionarios y empleados públicos reemplazando a los obreros huelguistas, la CEE reiteró el pedido de intervención presidencial en el conflicto, expresando que con ello se pretendía solucionar “con justicia las aspiraciones de los ferroviarios que se mantienen unidos y decididos a la lucha, convencidos plenamente de la razón que los asiste, y confiando en la decisión del general Perón". El 23 de enero de 1951 el Ministerio de Trabajo declaró la ilegalidad de la huelga, y el 24 de enero intervino Perón en el conflicto, cuestionando severamente a los huelguistas a quienes les imputó motivaciones partidarias y sancionó el 25 de enero un decreto disponiendo la movilización militar de los trabajadores ferroviarios, poniendo así fin al conflicto. Cerca de dos mil trabajadores fueron detenidos, de los cuales unos trescientos quedaron detenidos hasta el 20 de junio de 1951, cuando fueron indultados, quedando detenidos 24. Un número idéntico fueron despedidos, entre ellos los dirigentes del comité de huelga paralelo, quienes mayoritariamente pertenecían a las corrientes socialista y comunista. Fuentes: Gambini 1999; Mengascini, Hugo (28-29 de agosto de 2008). «Conflictos y huelgas ferroviarias durante el período peronista. El caso de los trabajadores ferroviarios de Tandil (1946-1955)». 3ras Jornadas sobre la política en Buenos Aires en el siglo XX (Universidad de La Plata). Archivado desde el original el 4 de marzo de 2016. Consultado el 21 de diciembre de 2015.
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El artículo 5 de la Constitución de la OIT establece que "5. Los Miembros se obligan a designar a los delegados y consejeros técnicos no gubernamentales de acuerdo con las organizaciones profesionales más representativas de empleadores o de trabajadores, según sea el caso, siempre que tales organizaciones existan en el país de que se trate".OIT (1919). «Constitución de la OIT». Ginebra..
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«Cronología: la protesta agraria en nuestra historia». La Nación. 2 de octubre de 2008. Archivado desde el original el 27 de junio de 2015. Consultado el 3 de febrero de 2015. «1975- Paro agrario contra el gobierno peronista. En octubre de 1975, cuando los precios de exportación no cubrían ni los gastos de producción y la inflación hacía que un par de zapatos costaran lo mismo que dos vacas, estalló un durísimo paro agrario nacional contra el gobierno de María Estela Martínez de Perón. Las entidades agrarias decretaron 11 días de paro sin enviar hacienda al Mercado de Liniers. En ese momento, el área cultivada de maíz de la campaña 1975-1976 alcanzó a 3.705.000 hectáreas, una importante reducción del 4% en relación al año anterior. Este movimiento, junto al plan de lucha de la APEGE (Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias), en febrero de 1976, contribuirían a debilitar aún más el gobierno peronista.»
José Amorín, uno de los primeros integrantes de Montoneros dice: "Montoneros era una organización que tenía diferentes posturas estratégicas y en tal sentido el operativo para el asesinato de Rucci fue una idea de algunos miembros que integraban las FAR (...) Ellos tenían estudiado a Rucci, vieron donde descendía, lo tenían medido y empezaron a analizar un atentado contra él. Para marzo de 1973, se integran las dos conducciones nacionales, las de FAR y Montoneros, si bien públicamente se fusionan en octubre de ese año (...) En ese momento Montoneros no estaba convencido de atentar contra Rucci, pero en el ínterin ocurren los sucesos de Ezeiza donde se le atribuye parte de la responsabilidad al propio sindicalista y eso empieza a inclinar la balanza de un sector. De alguna manera gana consenso el tema de asesinarlo (...) Después de Ezeiza es prácticamente donde ya el tema esta firme pero aún bajo discusión. La conducción nacional estaba bastante dividida al respecto y su referente nacional que era Carlos Hobert, tenía posturas movimientistas por lo cual no iba a armar el operativo sin consenso. Sin embargo, con el desconocimiento incluso de referentes máximos, la operación se llevó adelante." «Testimonio de José Amorín». El Ortiba. Archivado desde el original el 18 de octubre de 2016. La exmilitante montonera Alicia Pierini desmiente que Montoneros pudiera haber estado involucrada en el atentado, pero admite la posibilidad que hayan sido las FAR. Pierini, Alicia (13 de agosto de 2009). «Caso Rucci: una nueva hipótesis». La Política Online.
Feinmann, José Pablo. «37. Los 18 años de lucha». Peronismo: filosofía política de una obstinación argentina. Página/12. «Nadie va a encontrar al sindicalismo peronista jugándose por el regreso de Perón (el paraguas de Rucci es sólo el aprovechamiento de una coyuntura a la que poco habían colaborado) ni activando durante la campaña electoral. El eje de la campaña electoral de 1973 fue la militancia juvenil.»
González Espul, Cecilia (24 de abril de 2013). «Primera Parte: Illia y el Movimiento Obrero». Rebanadas de Realidad. Archivado desde el original el 19 de septiembre de 2014. Consultado el 15 de febrero de 2015. «Asimismo, (la CGT) reclamó por el verdadero cumplimiento de la Ley del salario vital, mínimo y móvil, que ha quedado transformado en un tope del salario mínimo, medidas efectivas contra la carestía de la vida y una nueva investigación por la desaparición del obrero metalúrgico Felipe Vallese.»
Al dejar de ser un departamento nacional y convertirse en secretaría de Estado y asumir también las funciones de los departamentos de trabajo provinciales, la Secretaría de Trabajo y Previsión no sólo adquirió una mayor jerarquía política, sino que se convirtió en un organismo centralizado y autónomo en su personal, presupuesto y funciones, tendencia que se fortaleció cuando fue transformado en ministerio en 1949. Berrotarán, Patricia (2003). Del plan a la planificación. El Estado durante la época peronista. Buenos Aires: Imago Mundi. ISBN9789507930201.Palacio, Juan Manuel (25 de septiembre de 2013). «El peronismo y la invención de la justicia del trabajo en la Argentina». Nuevo Mundo Mundos Nuevos.
La creación de los tribunales laborales se inició a fines de 1944 con la creación del fuero del Trabajo en la Capital Federal, mediante el Decreto Nº 15.047 del 27 de noviembre de 1944. Anales de Legislación Argentina, 1943, pp. 459-61. La nueva justicia laboral tenía como objetivo lograr la aplicación efectiva del “nuevo derecho”. Tenía una organización mixta, compuesta por las comisiones de Conciliación y de Arbitraje, con representación tripartita y presididas por el representante estatal. La Cámara de Apelaciones era colegiada y estaba dividida en tres salas, cada una con un presidente y dos vocales. También se creó el Ministerio Público del Trabajo, en manos de un procurador general del Trabajo. Palacio, Juan Manuel (25 de septiembre de 2013). «El peronismo y la invención de la justicia del trabajo en la Argentina». Nuevo Mundo Mundos Nuevos.
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Ninguna organización se atribuyó de inmediato el asesinato de Rucci, pero Montoneros se la atribuyó dos años después en su órgano oficial, Evita Montonera No. 5, pag. 18. «Justicia popular». Evita MontoneraI (5): 18. junio-julio 1975. «JOSE RUCCI, ajusticiado por Montoneros el 23-9-73.» Tiempo después, en 1984, Horacio Salvador Paino, asesor y funcionario del Ministerio de Bienestar Social bajo la gestión de López Rega y miembro de la Triple A, publicó el libro Historia de la Triple A, donde reconoce que el asesinato de Rucci fue cometido por la Triple A. Ese mismo año Mario Firmenich, en un reportaje realizado por Jorge Asís y publicado en la revista Libre el 13 de noviembre, declara que "nosotros no matamos a Rucci", pero diez años después, en la revista Noticias del 28/2/2004, manifestó hablando sobre el crimen de Rucci que "desde nuestro lado fue un error político... Pero me voy a guardar de dar mi opinión porque la muerte de Rucci es más complicada y tengo mis dudas sobre algunos implicados, algunos partícipes". El 29 de septiembre de 2003 Fernando Vaca Narvaja afirmó en el programa televisivo Punto doc que "en el caso Rucci había una seria confrontación intersindical muy fuerte... no fue solo un tema vinculado a Montoneros". Repasando la documentación sobre el crimen, el historiador socialista Norberto Galasso sostiene que "prevalece la opinión de que los responsables del operativo son los Montoneros" y cita una frase de Aznares y Calistro del libro Lorenzo el padrino del poder sindical: "aunque Montoneros nunca reivindicó oficialmente el asesinato, terminó asumiéndolo en los corrillos de la organización". Galasso, Norberto (2005). Perón: Exilio, resistencia, retorno y muerte, 1955-1974II. Buenos Aires: Colihue. pp. 1245-1247. ISBN950-581-400-3.Reato, Ceferino (2008). Operación Traviata: ¿Quién mató a Rucci? La verdadera historia. Buenos Aires: Sudamericana. ISBN978-950-07-2958-1.
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La primera huelga se inició el 19 de noviembre de 1950 y duró cinco días, hasta alcanzar un rápido acuerdo en el que se establecía en 22% de aumento salarial. El 14 de diciembre de 1950, el comité paralelo declaró una segunda huelga, dejando sin efecto el acuerdo alcanzado, durante la cual la empresa despidió huelguistas, la CGT intervino la UF y la policía reprimió las manifestaciones, con gran cantidad de detenidos. Un nuevo acuerdo se alcanzó seis días después, reponiendo el aumento concedido en el acuerdo anterior y manteniendo el salario familiar determinado en la resolución que regía desde el 1° de diciembre para los hijos hasta 15 años en lugar de los 18 años indicados en dicha resolución. Un mes después el comité paralelo declaró una nueva huelga, con nuevas exigencias, que se extendería por tres días. Esta última huelga fue repudiada por otros sindicatos, aislando a los huelguistas; a poco, luego de denunciar la presencia de funcionarios y empleados públicos reemplazando a los obreros huelguistas, la CEE reiteró el pedido de intervención presidencial en el conflicto, expresando que con ello se pretendía solucionar “con justicia las aspiraciones de los ferroviarios que se mantienen unidos y decididos a la lucha, convencidos plenamente de la razón que los asiste, y confiando en la decisión del general Perón". El 23 de enero de 1951 el Ministerio de Trabajo declaró la ilegalidad de la huelga, y el 24 de enero intervino Perón en el conflicto, cuestionando severamente a los huelguistas a quienes les imputó motivaciones partidarias y sancionó el 25 de enero un decreto disponiendo la movilización militar de los trabajadores ferroviarios, poniendo así fin al conflicto. Cerca de dos mil trabajadores fueron detenidos, de los cuales unos trescientos quedaron detenidos hasta el 20 de junio de 1951, cuando fueron indultados, quedando detenidos 24. Un número idéntico fueron despedidos, entre ellos los dirigentes del comité de huelga paralelo, quienes mayoritariamente pertenecían a las corrientes socialista y comunista. Fuentes: Gambini 1999; Mengascini, Hugo (28-29 de agosto de 2008). «Conflictos y huelgas ferroviarias durante el período peronista. El caso de los trabajadores ferroviarios de Tandil (1946-1955)». 3ras Jornadas sobre la política en Buenos Aires en el siglo XX (Universidad de La Plata). Archivado desde el original el 4 de marzo de 2016. Consultado el 21 de diciembre de 2015.
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José Amorín, uno de los primeros integrantes de Montoneros dice: "Montoneros era una organización que tenía diferentes posturas estratégicas y en tal sentido el operativo para el asesinato de Rucci fue una idea de algunos miembros que integraban las FAR (...) Ellos tenían estudiado a Rucci, vieron donde descendía, lo tenían medido y empezaron a analizar un atentado contra él. Para marzo de 1973, se integran las dos conducciones nacionales, las de FAR y Montoneros, si bien públicamente se fusionan en octubre de ese año (...) En ese momento Montoneros no estaba convencido de atentar contra Rucci, pero en el ínterin ocurren los sucesos de Ezeiza donde se le atribuye parte de la responsabilidad al propio sindicalista y eso empieza a inclinar la balanza de un sector. De alguna manera gana consenso el tema de asesinarlo (...) Después de Ezeiza es prácticamente donde ya el tema esta firme pero aún bajo discusión. La conducción nacional estaba bastante dividida al respecto y su referente nacional que era Carlos Hobert, tenía posturas movimientistas por lo cual no iba a armar el operativo sin consenso. Sin embargo, con el desconocimiento incluso de referentes máximos, la operación se llevó adelante." «Testimonio de José Amorín». El Ortiba. Archivado desde el original el 18 de octubre de 2016. La exmilitante montonera Alicia Pierini desmiente que Montoneros pudiera haber estado involucrada en el atentado, pero admite la posibilidad que hayan sido las FAR. Pierini, Alicia (13 de agosto de 2009). «Caso Rucci: una nueva hipótesis». La Política Online.
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