Castro Alfín, 1994, p. 59-60. «Ocurridas las conmociones europeas de 1848 e identificado el liberalismo como el régimen oligárquico imperante, era necesario abrirle nuevos horizontes políticos en los que incorporar sectores más extensos de la población atendiendo a sus exigencias no sólo de carácter político sino también social. Aunque no hubiera entre todos sus individuos y facciones igual disposición a hacerlo así, el surgimiento del Partido Demócrata se explica, en última instancia, como resultado de esa necesidad de ampliación del liberalismo. La misma apelación elegida así lo revela...». Castro Alfín, Demetrio (1994). «Unidos en la adversidad, unidos en la discordia: el Partido Demócrata, 1849-1868». En Nigel Townson, ed. El republicanismo en España (1830-1977). Madrid: Alianza Editorial. pp. 59-85. ISBN84-206-2778-X.
Vilches, 2001, p. 348-349. «La tendencia que lideró Castelar se basaba en la agrupación de todos los liberales ─demócratas, progresistas y conservadores─ en torno a una República que fuera la legalidad común; para lo cual había que contener a los que ponían en cuestión el orden burgués y la intransigencia como práctica de progreso político. Del grupo castelarino salió el acuerdo con los progresistas en 1865 [y] el Pacto de Ostende de 1866... Otra tendencia fue la que inspiró Pi y Margall, fundada sobre la idea de la emancipación política y social del cuarto estado, las clases trabajadoras, mediante la democracia, la división federal del poder público y las asociaciones obreras, como conjunto garante de la libertad». Vilches, Jorge (2001). Progreso y Libertad. El Partido Progresista en la Revolución Liberal Española. Madrid: Alianza Editorial. ISBN84-206-6768-4. OCLC432839163.
Vilches, 2001, p. 348-349. «La tendencia que lideró Castelar se basaba en la agrupación de todos los liberales ─demócratas, progresistas y conservadores─ en torno a una República que fuera la legalidad común; para lo cual había que contener a los que ponían en cuestión el orden burgués y la intransigencia como práctica de progreso político. Del grupo castelarino salió el acuerdo con los progresistas en 1865 [y] el Pacto de Ostende de 1866... Otra tendencia fue la que inspiró Pi y Margall, fundada sobre la idea de la emancipación política y social del cuarto estado, las clases trabajadoras, mediante la democracia, la división federal del poder público y las asociaciones obreras, como conjunto garante de la libertad». Vilches, Jorge (2001). Progreso y Libertad. El Partido Progresista en la Revolución Liberal Española. Madrid: Alianza Editorial. ISBN84-206-6768-4. OCLC432839163.