Los oficios de publicanos y recaudadores de impuestos eran considerados en la lista de los más bajos de la sociedad judía, y eran corrientes las expresiones verbales que asociaban a los «recaudadores de impuestos, ladrones, cambistas y publicanos», «publicanos y paganos», «ladrones, tramposos, adúlteros y publicanos», «asesinos, ladrones y publicanos» (ver: Jeremias, Joachim (1980). Jerusalén en tiempos de Jesús: estudio económico y social del mundo del Nuevo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad. pp. 316-323. ISBN84-7057-209-1.). Por otra parte, según Yebamot VI:5, la calificación de «prostituta» se aplicaba a la prosélita, a la esclava libertada y a la que (siendo israelita de nacimiento) había tenido una relación de prostitución. Las «prostitutas» no tenían derecho a casarse con un sacerdote (Levítico 21:7) (ver: Jeremias, Joachim (1980). Jerusalén en tiempos de Jesús: estudio económico y social del mundo del Nuevo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad. pp. 233-237. ISBN84-7057-209-1.).
Holmén, Tom; Porter, Stanley E., ed. (2011). Handbook for que study of the historical Jesus1. Leiden, The Netherlands: Koninklijke Brill NV. p. 1879. ISBN978-90-04-16372-0. «[...] the parable of the two sons (Matt. 21:28-32), which is a Matthean version of the parable of the prodigal son in Luke 15:11-32.»