Prestó financiamiento a Roald Amundsen. En junio de 1911 cuando el barco Fram arriba a Buenos Aires para buscar provisiones, mientras Roald se encontraba en Bahía de Ballenas. El capitán estaba tan desprovisto de fondos que para conseguir una habitación en tierra firme requirió pedir dinero prestado. Enterado de esto, Don Pedro pagó esta deuda y se encargó del abastecimiento de provisiones del Fram. El Fram estuvo a punto de ser detenido aunque Don Pedro llegó para su auxilio. En la estancia de Christophersen vivió Roald Amundsen una vez llegado a Buenos Aires, allí continuó escribiendo su libro sobre la expedición al polo sur. La buena voluntad no terminó ahí: cuando la casa de Roald estuvo a punto de ser rematada, Christophersen la compró y se la devolvió. Amundsen, en agradecimiento nombró a una montaña de 4.650 metros de altura en el territorio antártico como "Don Pedro Christophersen" (85°32′S 165°47′O / -85.533, -165.783).
El museo del Fram de Oslo montó una pequeña exposición sobre el valioso papel de Pedro Christophersen en la hazaña de Amundsen.