Juliá, 1999, p. 82. «…en el entendido de que éste [Azaña] formaba un gobierno con los radicales excluyendo a los socialistas, al cabo de tres meses habría de dejarle su puesto. Lerroux no aceptaba que Azaña, un recién llegado a las filas del republicanismo, se consolidara como presidente del Consejo con la fuerza de unos votos prestados» Juliá, Santos (1999). Un siglo de España. Política y sociedad. Madrid: Marcial Pons. ISBN84-9537903-1.
Juliá, 1999, p. 82-83. «Azaña juzgó, pues, prematura la exigencia de los radicales, aunque no descartaba desprenderse del PSOE cuando hubiera culminado la legislación reformista y su paso a la oposición pudiera realizarse sin traumas para ninguno de los partidos» Juliá, Santos (1999). Un siglo de España. Política y sociedad. Madrid: Marcial Pons. ISBN84-9537903-1.
Juliá, 1999, p. 94. "La amplitud creciente de la movilización obrera sólo puede entenderse por la frustración de las expectativas que había despertado la República con su sola instauración y que se referían no al Estado sino a la sociedad, no a la democracia sino a la comida, no a cómo funciona un Parlamento sino a la mejora de las condiciones de trabajo, a la transformación de las arcaicas relaciones de clase. Fue la frustración de esa expectativa, que afectó a un proletariado joven, poco cualificado, sin arraigo en las ciudades, que habitaba en suburbios mal equipados y carecía de empleo fijo, y la presencia de dos sindicatos rivales,..., lo que dio a las luchas de clases una radicalidad difícil de entender por una mera determinación económica" Juliá, Santos (1999). Un siglo de España. Política y sociedad. Madrid: Marcial Pons. ISBN84-9537903-1.