Racismo en España (Spanish Wikipedia)

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  • F. ROBERTI, Diccionario de Teología Moral, Barcelona 1960; L. SCREMIN, «Eugenesia», en Diccionario de Moral Profesional Médica, Barcelona 1954; E. ARCUSA, Responsabilidad médica, Bogotá 1966, 60-66; T. TOTH, Eugenesia y catolicismo, Madrid 1940; A. VALLEJO-NÁJERA, Eugenesia de la hispanidad, Burgos 1937; A. DE SOBRADILLO, El certificado médico prematrimonial, Salamanca 1943; J. LECLERCQ, La familia, Barcelona 1964, 48-58, 242-254; J. FORD, Genetics for medical students, 4 ed. Methuen 1956; C. C. LI, Population genetics, Chicago 1955; C. BRESCH, Genética clásica y molecular, Madrid 1966, 521-541; V. CONILL, «Reconocimiento médico prematrimonial», en Temas de Sexología humana, Barcelona 1964 «Copia archivada». Archivado desde el original el 30 de septiembre de 2007. Consultado el 23 de noviembre de 2007. .
    La Gestapo colaboró, por ejemplo, en el establecimiento de los campos de concentración franquistas, donde supervisó experimentos encaminados —según el director médico que dirigió tales experimentos, el doctor Vallejo-Nájera— a purificar la raza española eliminando el gen rojo. Tal personaje, director de los Servicios Psiquiátricos del Ejército franquista, había sido educado en la Alemania nazi. Escribió extensamente (en libros titulados Eugenesia de la Hispanidad y regeneración de la raza, Política racial del nuevo Estado, y otros) sobre la degeneración de la raza española, que según él había ocurrido durante la República, postura, por cierto, también adoptada por López Ibor, quien había sostenido que el prototipo hispano estaba genéticamente definido. A juicio de Vallejo-Nájera se necesitaba en la España franquista una regeneración racial, debido al incremento de «tarados» y «enfermos» (términos que él utilizó para definir a las personas con discapacidades y a las personas enfermas, incluyendo como enfermedad también cualquier postura crítica al régimen franquista). Llegó incluso a criticar a la profesión médica por conservar la vida de los «degenerados» (tal como señala Michael Richards en el capítulo «Purificar España» de su excelente libro Un tiempo de silencio). Vallejo-Nájera promovió así las ideas racistas y prácticas genocidas nazis indicando que la «regeneración de la raza impone una política de eliminación de todos los agentes físicos, psicológicos y morales que degeneren la raza», y consideró la eliminación física, a través de asesinatos políticos, como parte de esta purificación de la raza. Instruyó también a las mujeres jóvenes a no leer libros excepto los religiosos, y definió a las mujeres republicanas como la forma más extrema de degeneración de la raza. En realidad, muchos de los experimentos realizados en los campos de concentración nazis en Alemania fueron realizados antes por la Gestapo en los campos de concentración franquistas. Es más, muchas de las víctimas de tales experimentos en los campos de concentración nazis fueron españoles republicanos residentes en Francia que fueron deportados por la Gestapo a tales campos. Esos republicanos españoles fueron el mayor grupo de deportados (después de los judíos) que la Gestapo llevó desde Francia a los campos de concentración nazis. En tales campos se les conocía por su triángulo azul en sus uniformes. El 64% de ellos murió en esos campos. Otros muchos que no fueron deportados a los campos de concentración fueron enviados por la Gestapo a Alemania, donde trabajaron como esclavos, mientras que otros fueron detenidos y llevados por la Gestapo a España —como el presidente de la Generalitat, Lluís Companys—, donde fueron fusilados
    Del coronel y psiquiatra Antonio Vallejo-Nájera, Benjamín Prado recuerda su «programa de reeducación» de niños republicanos y sus ideas de regenerar la raza a costa de prohibir la procreación entre republicanos. Para Benjamín Prado lo más sorprendente es que este personaje convenció a Franco, al llegar la Guerra Civil, para que creara el Gabinete de Investigaciones Psicológicas del Ejército donde pensaba demostrar su teoría de que el marxismo era una tara mental, expresada en libros suyos como La locura y la raza. Psicopatología de la guerra española, Eugenesia de la hispanidad y regeneración de la raza o Psiquismo del fanatismo marxista donde hablaba de la «inferioridad mental de los partidarios de la igualdad social y política o desafectos». Una vez probado por Vallejo-Nájera que ser marxista era una enfermedad mediante análisis y pruebas con prisioneros de la Brigadas Internacionales y con presas de la cárcel de Málaga, Benjamín Prado cuenta en Mala gente que camina cómo las autoridades franquistas crean una penitenciaría para madres lactantes en donde «disponen a su antojo de los hijos de las presas». «Cuando ejecutaban a sus madres o los niños excedían en edad, eran enviados a un seminario para que se los reeducase, o dados en adopción por la Iglesia y el Estado, que se habían atribuido su tutela legal para familias católicas afines a la causa». «La Iglesia hacía bautismos masivos y las monjas se llevaban a los niños de la prisión de las madres lactantes», agregó

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  • F. ROBERTI, Diccionario de Teología Moral, Barcelona 1960; L. SCREMIN, «Eugenesia», en Diccionario de Moral Profesional Médica, Barcelona 1954; E. ARCUSA, Responsabilidad médica, Bogotá 1966, 60-66; T. TOTH, Eugenesia y catolicismo, Madrid 1940; A. VALLEJO-NÁJERA, Eugenesia de la hispanidad, Burgos 1937; A. DE SOBRADILLO, El certificado médico prematrimonial, Salamanca 1943; J. LECLERCQ, La familia, Barcelona 1964, 48-58, 242-254; J. FORD, Genetics for medical students, 4 ed. Methuen 1956; C. C. LI, Population genetics, Chicago 1955; C. BRESCH, Genética clásica y molecular, Madrid 1966, 521-541; V. CONILL, «Reconocimiento médico prematrimonial», en Temas de Sexología humana, Barcelona 1964 «Copia archivada». Archivado desde el original el 30 de septiembre de 2007. Consultado el 23 de noviembre de 2007. .
    La Gestapo colaboró, por ejemplo, en el establecimiento de los campos de concentración franquistas, donde supervisó experimentos encaminados —según el director médico que dirigió tales experimentos, el doctor Vallejo-Nájera— a purificar la raza española eliminando el gen rojo. Tal personaje, director de los Servicios Psiquiátricos del Ejército franquista, había sido educado en la Alemania nazi. Escribió extensamente (en libros titulados Eugenesia de la Hispanidad y regeneración de la raza, Política racial del nuevo Estado, y otros) sobre la degeneración de la raza española, que según él había ocurrido durante la República, postura, por cierto, también adoptada por López Ibor, quien había sostenido que el prototipo hispano estaba genéticamente definido. A juicio de Vallejo-Nájera se necesitaba en la España franquista una regeneración racial, debido al incremento de «tarados» y «enfermos» (términos que él utilizó para definir a las personas con discapacidades y a las personas enfermas, incluyendo como enfermedad también cualquier postura crítica al régimen franquista). Llegó incluso a criticar a la profesión médica por conservar la vida de los «degenerados» (tal como señala Michael Richards en el capítulo «Purificar España» de su excelente libro Un tiempo de silencio). Vallejo-Nájera promovió así las ideas racistas y prácticas genocidas nazis indicando que la «regeneración de la raza impone una política de eliminación de todos los agentes físicos, psicológicos y morales que degeneren la raza», y consideró la eliminación física, a través de asesinatos políticos, como parte de esta purificación de la raza. Instruyó también a las mujeres jóvenes a no leer libros excepto los religiosos, y definió a las mujeres republicanas como la forma más extrema de degeneración de la raza. En realidad, muchos de los experimentos realizados en los campos de concentración nazis en Alemania fueron realizados antes por la Gestapo en los campos de concentración franquistas. Es más, muchas de las víctimas de tales experimentos en los campos de concentración nazis fueron españoles republicanos residentes en Francia que fueron deportados por la Gestapo a tales campos. Esos republicanos españoles fueron el mayor grupo de deportados (después de los judíos) que la Gestapo llevó desde Francia a los campos de concentración nazis. En tales campos se les conocía por su triángulo azul en sus uniformes. El 64% de ellos murió en esos campos. Otros muchos que no fueron deportados a los campos de concentración fueron enviados por la Gestapo a Alemania, donde trabajaron como esclavos, mientras que otros fueron detenidos y llevados por la Gestapo a España —como el presidente de la Generalitat, Lluís Companys—, donde fueron fusilados
    Del coronel y psiquiatra Antonio Vallejo-Nájera, Benjamín Prado recuerda su «programa de reeducación» de niños republicanos y sus ideas de regenerar la raza a costa de prohibir la procreación entre republicanos. Para Benjamín Prado lo más sorprendente es que este personaje convenció a Franco, al llegar la Guerra Civil, para que creara el Gabinete de Investigaciones Psicológicas del Ejército donde pensaba demostrar su teoría de que el marxismo era una tara mental, expresada en libros suyos como La locura y la raza. Psicopatología de la guerra española, Eugenesia de la hispanidad y regeneración de la raza o Psiquismo del fanatismo marxista donde hablaba de la «inferioridad mental de los partidarios de la igualdad social y política o desafectos». Una vez probado por Vallejo-Nájera que ser marxista era una enfermedad mediante análisis y pruebas con prisioneros de la Brigadas Internacionales y con presas de la cárcel de Málaga, Benjamín Prado cuenta en Mala gente que camina cómo las autoridades franquistas crean una penitenciaría para madres lactantes en donde «disponen a su antojo de los hijos de las presas». «Cuando ejecutaban a sus madres o los niños excedían en edad, eran enviados a un seminario para que se los reeducase, o dados en adopción por la Iglesia y el Estado, que se habían atribuido su tutela legal para familias católicas afines a la causa». «La Iglesia hacía bautismos masivos y las monjas se llevaban a los niños de la prisión de las madres lactantes», agregó

elpais.com

lavanguardia.com

memoriacatalunya.org

  • Vicenç Navarro La Gestapo en España, EL PAÍS Cataluña - 26-02-2003[1]. Rodolfo Serrano Artículo de Antonio Vallejo-Nájera En busca del 'gen rojo' Antonio Vallejo-Nájera dirigió en 1938 un estudio sobre prisioneros de guerra para determinar qué malformación llevaba al marxismo], El País, 07/01/1996. También se refiere al asunto, citando como los psiquiatras involucrados a Antonio Vallejo-Nájera y a Juan José López Ibor, Beatriz Preciado (2008): Testo yonqui, Madrid: Espasa, véase resumen en el artículo Farmacopornografía, El país, 29 de enero de 2008. No obstante, en el artículo citado de Rodolfo Serrano se dice que Vallejo-Nájera, Ya en la posguerra, desplazó de su cátedra al doctor López Ibor, al que se le consideraba «poco afecto al régimen».
  • F. ROBERTI, Diccionario de Teología Moral, Barcelona 1960; L. SCREMIN, «Eugenesia», en Diccionario de Moral Profesional Médica, Barcelona 1954; E. ARCUSA, Responsabilidad médica, Bogotá 1966, 60-66; T. TOTH, Eugenesia y catolicismo, Madrid 1940; A. VALLEJO-NÁJERA, Eugenesia de la hispanidad, Burgos 1937; A. DE SOBRADILLO, El certificado médico prematrimonial, Salamanca 1943; J. LECLERCQ, La familia, Barcelona 1964, 48-58, 242-254; J. FORD, Genetics for medical students, 4 ed. Methuen 1956; C. C. LI, Population genetics, Chicago 1955; C. BRESCH, Genética clásica y molecular, Madrid 1966, 521-541; V. CONILL, «Reconocimiento médico prematrimonial», en Temas de Sexología humana, Barcelona 1964 «Copia archivada». Archivado desde el original el 30 de septiembre de 2007. Consultado el 23 de noviembre de 2007. .
    La Gestapo colaboró, por ejemplo, en el establecimiento de los campos de concentración franquistas, donde supervisó experimentos encaminados —según el director médico que dirigió tales experimentos, el doctor Vallejo-Nájera— a purificar la raza española eliminando el gen rojo. Tal personaje, director de los Servicios Psiquiátricos del Ejército franquista, había sido educado en la Alemania nazi. Escribió extensamente (en libros titulados Eugenesia de la Hispanidad y regeneración de la raza, Política racial del nuevo Estado, y otros) sobre la degeneración de la raza española, que según él había ocurrido durante la República, postura, por cierto, también adoptada por López Ibor, quien había sostenido que el prototipo hispano estaba genéticamente definido. A juicio de Vallejo-Nájera se necesitaba en la España franquista una regeneración racial, debido al incremento de «tarados» y «enfermos» (términos que él utilizó para definir a las personas con discapacidades y a las personas enfermas, incluyendo como enfermedad también cualquier postura crítica al régimen franquista). Llegó incluso a criticar a la profesión médica por conservar la vida de los «degenerados» (tal como señala Michael Richards en el capítulo «Purificar España» de su excelente libro Un tiempo de silencio). Vallejo-Nájera promovió así las ideas racistas y prácticas genocidas nazis indicando que la «regeneración de la raza impone una política de eliminación de todos los agentes físicos, psicológicos y morales que degeneren la raza», y consideró la eliminación física, a través de asesinatos políticos, como parte de esta purificación de la raza. Instruyó también a las mujeres jóvenes a no leer libros excepto los religiosos, y definió a las mujeres republicanas como la forma más extrema de degeneración de la raza. En realidad, muchos de los experimentos realizados en los campos de concentración nazis en Alemania fueron realizados antes por la Gestapo en los campos de concentración franquistas. Es más, muchas de las víctimas de tales experimentos en los campos de concentración nazis fueron españoles republicanos residentes en Francia que fueron deportados por la Gestapo a tales campos. Esos republicanos españoles fueron el mayor grupo de deportados (después de los judíos) que la Gestapo llevó desde Francia a los campos de concentración nazis. En tales campos se les conocía por su triángulo azul en sus uniformes. El 64% de ellos murió en esos campos. Otros muchos que no fueron deportados a los campos de concentración fueron enviados por la Gestapo a Alemania, donde trabajaron como esclavos, mientras que otros fueron detenidos y llevados por la Gestapo a España —como el presidente de la Generalitat, Lluís Companys—, donde fueron fusilados
    Del coronel y psiquiatra Antonio Vallejo-Nájera, Benjamín Prado recuerda su «programa de reeducación» de niños republicanos y sus ideas de regenerar la raza a costa de prohibir la procreación entre republicanos. Para Benjamín Prado lo más sorprendente es que este personaje convenció a Franco, al llegar la Guerra Civil, para que creara el Gabinete de Investigaciones Psicológicas del Ejército donde pensaba demostrar su teoría de que el marxismo era una tara mental, expresada en libros suyos como La locura y la raza. Psicopatología de la guerra española, Eugenesia de la hispanidad y regeneración de la raza o Psiquismo del fanatismo marxista donde hablaba de la «inferioridad mental de los partidarios de la igualdad social y política o desafectos». Una vez probado por Vallejo-Nájera que ser marxista era una enfermedad mediante análisis y pruebas con prisioneros de la Brigadas Internacionales y con presas de la cárcel de Málaga, Benjamín Prado cuenta en Mala gente que camina cómo las autoridades franquistas crean una penitenciaría para madres lactantes en donde «disponen a su antojo de los hijos de las presas». «Cuando ejecutaban a sus madres o los niños excedían en edad, eran enviados a un seminario para que se los reeducase, o dados en adopción por la Iglesia y el Estado, que se habían atribuido su tutela legal para familias católicas afines a la causa». «La Iglesia hacía bautismos masivos y las monjas se llevaban a los niños de la prisión de las madres lactantes», agregó

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periodistadigital.com

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sosracismo.org

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repositorio.ual.es

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  • Citado por Poki GaltzoinaTodo Hombre es una Guerra Civil o la Paradoja del Vasquismo en Miguel de Unamuno
  • F. ROBERTI, Diccionario de Teología Moral, Barcelona 1960; L. SCREMIN, «Eugenesia», en Diccionario de Moral Profesional Médica, Barcelona 1954; E. ARCUSA, Responsabilidad médica, Bogotá 1966, 60-66; T. TOTH, Eugenesia y catolicismo, Madrid 1940; A. VALLEJO-NÁJERA, Eugenesia de la hispanidad, Burgos 1937; A. DE SOBRADILLO, El certificado médico prematrimonial, Salamanca 1943; J. LECLERCQ, La familia, Barcelona 1964, 48-58, 242-254; J. FORD, Genetics for medical students, 4 ed. Methuen 1956; C. C. LI, Population genetics, Chicago 1955; C. BRESCH, Genética clásica y molecular, Madrid 1966, 521-541; V. CONILL, «Reconocimiento médico prematrimonial», en Temas de Sexología humana, Barcelona 1964 «Copia archivada». Archivado desde el original el 30 de septiembre de 2007. Consultado el 23 de noviembre de 2007. .
    La Gestapo colaboró, por ejemplo, en el establecimiento de los campos de concentración franquistas, donde supervisó experimentos encaminados —según el director médico que dirigió tales experimentos, el doctor Vallejo-Nájera— a purificar la raza española eliminando el gen rojo. Tal personaje, director de los Servicios Psiquiátricos del Ejército franquista, había sido educado en la Alemania nazi. Escribió extensamente (en libros titulados Eugenesia de la Hispanidad y regeneración de la raza, Política racial del nuevo Estado, y otros) sobre la degeneración de la raza española, que según él había ocurrido durante la República, postura, por cierto, también adoptada por López Ibor, quien había sostenido que el prototipo hispano estaba genéticamente definido. A juicio de Vallejo-Nájera se necesitaba en la España franquista una regeneración racial, debido al incremento de «tarados» y «enfermos» (términos que él utilizó para definir a las personas con discapacidades y a las personas enfermas, incluyendo como enfermedad también cualquier postura crítica al régimen franquista). Llegó incluso a criticar a la profesión médica por conservar la vida de los «degenerados» (tal como señala Michael Richards en el capítulo «Purificar España» de su excelente libro Un tiempo de silencio). Vallejo-Nájera promovió así las ideas racistas y prácticas genocidas nazis indicando que la «regeneración de la raza impone una política de eliminación de todos los agentes físicos, psicológicos y morales que degeneren la raza», y consideró la eliminación física, a través de asesinatos políticos, como parte de esta purificación de la raza. Instruyó también a las mujeres jóvenes a no leer libros excepto los religiosos, y definió a las mujeres republicanas como la forma más extrema de degeneración de la raza. En realidad, muchos de los experimentos realizados en los campos de concentración nazis en Alemania fueron realizados antes por la Gestapo en los campos de concentración franquistas. Es más, muchas de las víctimas de tales experimentos en los campos de concentración nazis fueron españoles republicanos residentes en Francia que fueron deportados por la Gestapo a tales campos. Esos republicanos españoles fueron el mayor grupo de deportados (después de los judíos) que la Gestapo llevó desde Francia a los campos de concentración nazis. En tales campos se les conocía por su triángulo azul en sus uniformes. El 64% de ellos murió en esos campos. Otros muchos que no fueron deportados a los campos de concentración fueron enviados por la Gestapo a Alemania, donde trabajaron como esclavos, mientras que otros fueron detenidos y llevados por la Gestapo a España —como el presidente de la Generalitat, Lluís Companys—, donde fueron fusilados
    Del coronel y psiquiatra Antonio Vallejo-Nájera, Benjamín Prado recuerda su «programa de reeducación» de niños republicanos y sus ideas de regenerar la raza a costa de prohibir la procreación entre republicanos. Para Benjamín Prado lo más sorprendente es que este personaje convenció a Franco, al llegar la Guerra Civil, para que creara el Gabinete de Investigaciones Psicológicas del Ejército donde pensaba demostrar su teoría de que el marxismo era una tara mental, expresada en libros suyos como La locura y la raza. Psicopatología de la guerra española, Eugenesia de la hispanidad y regeneración de la raza o Psiquismo del fanatismo marxista donde hablaba de la «inferioridad mental de los partidarios de la igualdad social y política o desafectos». Una vez probado por Vallejo-Nájera que ser marxista era una enfermedad mediante análisis y pruebas con prisioneros de la Brigadas Internacionales y con presas de la cárcel de Málaga, Benjamín Prado cuenta en Mala gente que camina cómo las autoridades franquistas crean una penitenciaría para madres lactantes en donde «disponen a su antojo de los hijos de las presas». «Cuando ejecutaban a sus madres o los niños excedían en edad, eran enviados a un seminario para que se los reeducase, o dados en adopción por la Iglesia y el Estado, que se habían atribuido su tutela legal para familias católicas afines a la causa». «La Iglesia hacía bautismos masivos y las monjas se llevaban a los niños de la prisión de las madres lactantes», agregó
  • El juez Baltasar Garzón, en el auto de 18 de noviembre de 2008 por el que se declaraba incompetente para investigar los crímenes del franquismo (en causa que él mismo había iniciado), recoge que
    Por lo que se refiere a la necesidad y justificación de esta investigación y al margen de los hechos, baste mencionar que el Consejo de Europa en su declaración de fecha 17 de marzo de 2006 de condena a la dictadura franquista (Recomendación 1736) hace la siguiente mención: «65. Psiquiatras militares efectuaron experimentos sobre presos para identificar los “genes rojos” ».

    En 1938, algunos miembros de las Brigadas Internacionales, presos en el Campo de concentración de San Pedro de Cardeña (Burgos) y mujeres presas republicanas en la Prisión de Málaga, fueron sometidos a test físicos y psicológicos extraños; se trataba de una de las primeras tentativas sistemáticas de poner la psiquiatría al servicio de una ideología. Documentos publicados en los últimos años, muestran el proyecto concebido por el psiquiatra en jefe de Franco, el doctor Antonio Vallejo-Nájera, para identificar el “biopsiquismo del fanatismo marxista”.

    Francisco Franco, mediante el telegrama nº 1565, de 23 de agosto de 1938, autorizó al Jefe de los Servicios Psiquiátricos Militares la creación del Gabinete de Investigaciones psicológicas, cuya “finalidad primordial será investigar las raíces psicofísicas del marxismo”, cuyo precedente no puede ser otro que el Instituto para la Investigación y Estudio de la Herencia creado por Himmler en Mecklenburg.

    El gabinete concluyó su estudio en octubre de 1939 recibiendo su autor las felicitaciones del Estado Mayor del Ejército.

    Nótese también, por su interés, lo que el doctor Vallejo-Nájera escribía en su obra “La locura de la guerra. Psicopatología de la guerra española” citada por Ricard Vinyes y otros : “La idea de las íntimas relaciones entre marxismo e inferioridad mental ya la habíamos expuesto anteriormente en otros trabajos…La comprobación de nuestras hipótesis tiene enorme trascendencia político-social, pues si militan en el marxismo de preferencia psicópatas antisociales, como es nuestra idea, la segregación total de estos sujetos desde la infancia, podría liberar a la sociedad de plaga tan terrible”.

    JUZGADO CENTRAL DE INSTRUCCIÓN Nº 5. AUDIENCIA NACIONAL. MADRID.

    SUMARIO (PROC.ORDINARIO) 53 /2008 E. Páginas 13 y 14