Las discutibles afirmaciones de su autobiografía son estas: conoció de niño a numerosas celebridades, entre ellas al escritor Mark Twain, al actor Edwin Booth, hermano de John Wilkes Booth (asesino del presidente Abraham Lincoln) y al boxeador John L. Sullivan, campeón del mundo de pesos pesados. Raoul Walsh pudo vivir al amparo de su padre, jefe de un taller de moda masculina, pero prefirió, de adolescente, partir para Cuba en un pequeño barco de su tío y regresar a Tejas para aprender el oficio de vaquero. La vida de Raoul Walsh -que France Presse eleva a la altura de las legendarias figuras de John Ford y de John Wayne- fue desde entonces una aventura en el sentido más literal del término. Pocos hombres pueden vanagloriarse de haber padecido un naufragio, domar caballos salvajes, llevar en sus brazos la cabeza de un decapitado, asistir a un médico de prácticas turbias, recorrer México al lado de Pancho Villa y de su ejército, encontrarse con Hitler y ser nombrado hermano de sangre de la tribu india de los navajos. http://elpais.com/diario/1981/01/03/cultura/347324409_850215.html