Powell, Mark A. (2009). Introducing the New Testament. Baker Academic. ISBN978-0-8010-2868-7. Powell escribe que el apóstol tenía dos nombres: Saulo y Pablo. Saulo (Saúl) era su nombre judío, el nombre del primer rey de Israel. El libro de Hechos informa que él también era un ciudadano romano, lo que significa que necesitaba un nombre romano. En Hechos 13:9, Saulo es llamado Pablo por primera vez («Entonces Saulo, que también es Pablo [...]»).
Pablo de Tarso señaló que «Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras» (1 Corintios 15:3-4). El capítulo ratifica que tal creencia, tanto en la muerte y la resurrección de Cristo, es de vital importancia para la fe cristiana: «Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe [...] y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres» (1 Corintios 15:14, 17-19).[21]
En Job 14:14, el texto original «si un hombre muere, ¿volverá a vivir de nuevo?» es traducido como «si un hombre muere, vivirá». En Oseas 13:14, «¿Los rescataré del poder del Seol? ¿Los redimiré de la Muerte?» es interpretado como «los rescataré de la mano del Hades y los redimiré de la Muerte».[38]
Powell, Mark A. (2009). Introducing the New Testament. Baker Academic. ISBN978-0-8010-2868-7. Powell escribe que el apóstol tenía dos nombres: Saulo y Pablo. Saulo (Saúl) era su nombre judío, el nombre del primer rey de Israel. El libro de Hechos informa que él también era un ciudadano romano, lo que significa que necesitaba un nombre romano. En Hechos 13:9, Saulo es llamado Pablo por primera vez («Entonces Saulo, que también es Pablo [...]»).
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Wright, 2003 cita a Collins, 1993, p. 39s: «[existe] un acuerdo prácticamente unánime entre los investigadores modernos en que Daniel hace referencia a la resurrección real de individuos de entre los muertos». No obstante, autores como Schäfer, 2003 sostienen que Daniel hacía referencia a una resurrección del alma sola.[25] Wright, N.T. (2003), The Resurrection of the Son of God, Minneapolis: Fortress Press, ISBN978-0-8006-2679-2. Schäfer, Peter (2003). The History of the Jews in the Greco-Roman World. Routledge. ISBN978-1134403165.
Blomberg, 1987, p. 253. Blomberg, Craig L. (1987), The Historical Reliability of the Gospels, Leicester, UK: Inter-Varsity Press, ISBN9780877849926, OCLC15415029., 2nd ed. 2007