Fabricius, Johann Albert (1728). Bibliotheca Graeca (Vol. 14) (latín). Hamburgo: Sumptu Christiani Liegbezeit. p. 17.
brepolsonline.net
Palazzo, Robert P. (2005). "The Veneration of the Sacred Foreskin(s) of Baby Jesus - A Documented Analysis". En James P. Helfers (ed.). Multicultural Europe and Cultural Exchange in the Middle Ages and Renaissance. Arizona Studies in the Middle Ages and Renaissance. Vol. 12. Turnhout: Brepols. p. 157. doi:10.1484/M.ASMAR-EB.3.3039. ISBN 2503514707.
ciberia.es
jmarti.ciberia.es
Un símbolo muy propio del tema místico del "matrimonio espiritual". Existen otras versiones de la historia, como la que afirma que el anillo presentaba "el duro diamante de la fe, y las perlas de la pureza de intención, de pensamiento, de palabra y acción", que incide sobre el aspecto simbólico del gestoArchivado el 3 de mayo de 2009 en Wayback Machine., u otra la que sostiene que el anillo era "invisible para todos menos para ella".
corazones.org
Un símbolo muy propio del tema místico del "matrimonio espiritual". Existen otras versiones de la historia, como la que afirma que el anillo presentaba "el duro diamante de la fe, y las perlas de la pureza de intención, de pensamiento, de palabra y acción", que incide sobre el aspecto simbólico del gestoArchivado el 3 de mayo de 2009 en Wayback Machine., u otra la que sostiene que el anillo era "invisible para todos menos para ella".
"Y, cuando el niño tuvo ocho días de edad, José dijo a María: ¿Cómo obraremos con esta criatura, puesto que la ley ordena hacer la circuncisión a los ocho días del nacimiento? Y María le dijo: Procede como te plazca en ese asunto. Y José marchó con sigilo a Jerusalén, y trajo de allí un hombre sabio, misericordioso y temeroso del Señor, que se llamaba Joel, y que conocía a fondo las leyes divinas. Y llegó a la gruta, donde encontró al niño. Y, al aplicarle el cuchillo no resultó ningún corte en el cuerpo de aquel. Ante este prodigio, quedó estupefacto, y exclamó: He aquí que la sangre de este niño ha corrido sin incisión alguna. Y recibió el nombre de Jesús, que le había sido impuesto de antemano por el ángel." Evangelio Armenio de la Infancia, XII, 2; véase esta edición onlineArchivado el 27 de mayo de 2009 en Wayback Machine. de los evangelios apócrifos.
Cf. DESCHNER, Karlheinz; Opus diaboli, Yalde, 1990, ISBN 8440461070; algunos extractos están disponibles online.
slate.com
FARLEY, David; Fore Shame, 19 de diciembre de 2006 (en inglés, consultado el 9 de mayo de 2009).
web.archive.org
"Y, cuando el niño tuvo ocho días de edad, José dijo a María: ¿Cómo obraremos con esta criatura, puesto que la ley ordena hacer la circuncisión a los ocho días del nacimiento? Y María le dijo: Procede como te plazca en ese asunto. Y José marchó con sigilo a Jerusalén, y trajo de allí un hombre sabio, misericordioso y temeroso del Señor, que se llamaba Joel, y que conocía a fondo las leyes divinas. Y llegó a la gruta, donde encontró al niño. Y, al aplicarle el cuchillo no resultó ningún corte en el cuerpo de aquel. Ante este prodigio, quedó estupefacto, y exclamó: He aquí que la sangre de este niño ha corrido sin incisión alguna. Y recibió el nombre de Jesús, que le había sido impuesto de antemano por el ángel." Evangelio Armenio de la Infancia, XII, 2; véase esta edición onlineArchivado el 27 de mayo de 2009 en Wayback Machine. de los evangelios apócrifos.
Un símbolo muy propio del tema místico del "matrimonio espiritual". Existen otras versiones de la historia, como la que afirma que el anillo presentaba "el duro diamante de la fe, y las perlas de la pureza de intención, de pensamiento, de palabra y acción", que incide sobre el aspecto simbólico del gestoArchivado el 3 de mayo de 2009 en Wayback Machine., u otra la que sostiene que el anillo era "invisible para todos menos para ella".
Referencia disponible online, última línea del capítulo 20 (en inglés). Consultado el 9 de mayo de 2009.
Exhortación de Moisés en el Deuteronomio, 10:16; "Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz"; del profeta Jeremías, 4:4; "Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén..."; referencias que Martín Lutero aprovechó en su Sobre los judíos y sus mentiras, 1543, disponible online.