Archidiócesis de Burgos: "Aranda de Duero se vuelca con su patrona".Aranda se vio libre de la enfermedad al poco tiempo y recuperó la alegría, sin embargo, el «Mediquín» desapareció. El sacerdote se quedó sólo y todos comprendieron que su joven acompañante había sido un ángel enviado por la Virgen y que había realizado el milagro de la curación. Desde entonces, la figura del «Mediquín» acompaña a la de la Virgen de las Viñas.
Máximo López Vilaboa (Diario de Burgos, 24-8-2014): "El incendio de la Virgen de las Viñas".Eran las primeras horas de la tarde del 26 de agosto de 1964 y, en cuanto se vio el intenso humo, fueron muchos los arandinos que, entre la sorpresa y la incredulidad, se acercaron a la ermita para sofocar el fuego. (...) Todas las obras de reconstrucción consecuencia del incendio se prolongaron hasta 1971, empleándose más de dos millones de pesetas.
Máximo López Vilaboa (Diario de Burgos, 11-8-2013): "El Santo Cristo de San Lorenzo".En un primer momento el Santo Cristo de San Lorenzo se colocó en el lado del Evangelio del presbiterio de la ermita de la Virgen de las Viñas. El 7 de febrero de 1988, la Cofradía de la Virgen de las Viñas sometió a votación y aprobó el proyecto realizado por Juan Gabriel Abad Zapatero, quien había fallecido tres años antes, para crear una capilla propia en la planta baja del torreón Este de la ermita de la patrona de la capital ribereña. Ya a mediados de los años 70 el Ayuntamiento había colocado, dando acceso a la explanada de la Virgen de las Viñas desde la carretera, la artística reja que procedía de la ermita del Santo Cristo. De esta forma, ambas piezas se conservan en la actualidad.
Janáriz, Damián: "Historia y novena de la Virgen de las Viñas". Aranda de Duero, Imprenta y Librería de Pedro Díaz Bayo, 1924. Apretado por estas angustias el vecindario de los Aurinos (Lara), entregóse a la fuga; mas para no quedar sin su dulce esperanza en tan tristes horas, y temiendo justamente que fuera profanada por los infieles, tomaron la santa imagen de la Virgen de las Viñas y lleváronla consigo en su destierro llegando con esta sagrada carga hasta el monte sagrado o Monsagro, hoy Costaján. Llegaron entre tanto las turbas de la morisma a Lara de los Infantes y no hallando allí las riquezas con que habían soñado, emprenden furiosos y precipitados la persecución contra los cristianos fugitivos, dándoles alcance en dicho monte Costaján. De los fieles, unos se ponen a la defensiva, más que para salvar sus vidas, para defender su queridísima Virgen de las Viñas, mientras otros se dan prisa en ocultar la santa imagen en las reconditeces del monte. Mas oculta ya la imagen veneranda, fueron los cristianos atropellados y sacrificados por los moros, subiendo al cielo a recibir la palma del martirio. ¡Mártires de la Virgen! Entre la ocultación de la imagen y su milagrosa aparición, se debe colocar un
espacio prudencial de tiempo, que bien pudiera constar de dos siglos.
Janáriz, Damián: "Historia y novena de la Virgen de las Viñas". Aranda de Duero, Imprenta y Librería de Pedro Díaz Bayo, 1924. Más tarde el piadoso Rey D. Juan I, después de haber celebrado Cortes en Valladolid, pasó por Burgos y por esta villa de Aranda, donde visitó a la Virgen de las Viñas en acción de gracias por haber sido librado de los portugueses en la batalla de Aljubarrota. En prenda de su real gratitud a la Virgen, y para eterno monumento de su magnificencia, ofreció construir, y en efecto construyó, una nueva iglesia para la celestial Señora, ejemplo digno de admiración que contribuyó poderosamente a difundir en toda la región castellana la devoción a la Virgen de las Viñas.