La galería del Museo del Prado, la única pintada sobre cobre, fue directamente remitida por el archiduque a su tío, el rey Felipe IV, y se encontraba ya en 1653 en el Alcázar madrileño, donde fue vista por Lázaro Díaz del Valle, que hace mención elogiosa de ella: Ferino-Pagden (1997), p. 60. Ver «El archiduque Leopoldo Guillermo en su galería de pinturas en Bruselas», ficha de la obra en la colección del Museo del Prado.