Ver discusión en Beard (2007, pp. 199-206, 209-210). Las «leyes triunfales» de Livio se remontan a los triunfos antiguos, tradicionales, pero probablemente reinventados tras la expansión de la Roma republicana al Imperio y su derrota de los reyes extranjeros; su idea era que los generales triunfadores debían poseer el nivel más alto de imperium (Livio, 38.38.4, en el caso del de Escipión el Africano del año 206 a. C.), pero esto se contradice con los estatus de Polibio 11.33.33.7 y de Pompeyo en el momento en que obtuvieron su primer triunfo. La tradición era probablemente una indicación de estima y popularidad de que los generales triunfadores en la República habían sido proclamados espontáneamente como imperator por sus tropas en el campo de batalla; no era un requisito absoluto —ver Beard (2007, p. 275)—. La obtención de los auspicios divinos antes de la batalla estaba reservada formalmente al más alto magistrado en el campo, pero una victoria demostraba que un comandante debía haber complacido a los dioses, cualesquiera que fueran las sutilezas de su autoridad. Por el contrario, una batalla perdida era un signo seguro de abandono divino; ver Rosenberger (2003, p. 371, nota 39)Beard, Mary (2007). The Roman Triumph(en inglés). Cambridge, Massachusetts y Londres: The Belknap Press of Harvard University Press. ISBN978-0-674-02613-1.Beard, Mary (2007). The Roman Triumph(en inglés). Cambridge, Massachusetts y Londres: The Belknap Press of Harvard University Press. ISBN978-0-674-02613-1.Rosenberger, Veit (2003). «The Gallic Disaster». The Classical World(en inglés)96 (4): 365-373. JSTOR4352787.
Gibbon, 1854, pp. 39-41. Gibbon, Edward (1854). «Capítulo XXX». En Smith, William, ed. The history of the decline and fall of the Roman empire, with notes by Milman and Guizot(en inglés).
Wace, 1911. Wace, Henry (1911). «Honorius, Flavius Augustus, emperor». Dictionary of Christian Biography and Literature to the End of the Sixth Century A.D., with an Account of the Principal Sects and Heresies(en inglés).
Diversas fuentes romanas describen los diferentes encantos empleados contra la envidia durante los triunfos, no necesariamente en el mismo acto, como un montaje de campanas en miniatura (tintinnabulum) y un látigo en la caja del carro. Según Plinio, un phallos sagrado cedido por las Vestales se colgaba entre las ruedas del carro; ver Beard (2007, pp. 83-85). Beard, Mary (2007). The Roman Triumph(en inglés). Cambridge, Massachusetts y Londres: The Belknap Press of Harvard University Press. ISBN978-0-674-02613-1.
Los pocos relatos existentes son de la época imperial, con un esclavo (u otra persona) que está detrás o cerca del triunfador para recordarle que «no es más que un mortal» o que le incita a «mirar hacia atrás», y que está sujetos a diversas interpretaciones. Sin embargo, implican una tradición de que se recordaba públicamente al general triunfador su naturaleza mortal, sea cual fuere su apariencia monárquica, su condición divina temporal o sus vínculos divinos. Ver Beard (2007, pp. 272-275). Beard, Mary (2007). The Roman Triumph(en inglés). Cambridge, Massachusetts y Londres: The Belknap Press of Harvard University Press. ISBN978-0-674-02613-1.
Los «2700 carros cargados de armas capturadas, sin contar los soldados, los cautivos y el botín» el día de la extravaganza triunfal de Lucio Emilio Paulo del 167 a. C. es un ejemplo de un caso realmente desproporcionado; algunos estudiosos modernos apuntan a una procesión de 7 km de largo como plausible. Ver Beard (2007, p. 102)Beard, Mary (2007). The Roman Triumph(en inglés). Cambridge, Massachusetts y Londres: The Belknap Press of Harvard University Press. ISBN978-0-674-02613-1.
La ubicación y la naturaleza de la Porta Triumphalis es uno de los aspectos más inciertos y controvertidos de la ruta triunfal; algunas fuentes sugieren que se trata de una puerta dedicada exclusivamente a las procesiones oficiales, otras de un arco desmontable, o de la Porta Carmentalis (puerta doble situada en las Murallas servianas) con otro nombre, o de cualquier otro portón de acceso conveniente que pueda encontrarse en las inmediaciones. Ver discusión en Beard (2007, pp. 97-101). Beard, Mary (2007). The Roman Triumph(en inglés). Cambridge, Massachusetts y Londres: The Belknap Press of Harvard University Press. ISBN978-0-674-02613-1.
Ver discusión en Beard (2007, pp. 199-206, 209-210). Las «leyes triunfales» de Livio se remontan a los triunfos antiguos, tradicionales, pero probablemente reinventados tras la expansión de la Roma republicana al Imperio y su derrota de los reyes extranjeros; su idea era que los generales triunfadores debían poseer el nivel más alto de imperium (Livio, 38.38.4, en el caso del de Escipión el Africano del año 206 a. C.), pero esto se contradice con los estatus de Polibio 11.33.33.7 y de Pompeyo en el momento en que obtuvieron su primer triunfo. La tradición era probablemente una indicación de estima y popularidad de que los generales triunfadores en la República habían sido proclamados espontáneamente como imperator por sus tropas en el campo de batalla; no era un requisito absoluto —ver Beard (2007, p. 275)—. La obtención de los auspicios divinos antes de la batalla estaba reservada formalmente al más alto magistrado en el campo, pero una victoria demostraba que un comandante debía haber complacido a los dioses, cualesquiera que fueran las sutilezas de su autoridad. Por el contrario, una batalla perdida era un signo seguro de abandono divino; ver Rosenberger (2003, p. 371, nota 39)Beard, Mary (2007). The Roman Triumph(en inglés). Cambridge, Massachusetts y Londres: The Belknap Press of Harvard University Press. ISBN978-0-674-02613-1.Beard, Mary (2007). The Roman Triumph(en inglés). Cambridge, Massachusetts y Londres: The Belknap Press of Harvard University Press. ISBN978-0-674-02613-1.Rosenberger, Veit (2003). «The Gallic Disaster». The Classical World(en inglés)96 (4): 365-373. JSTOR4352787.
Beard (2007, pp. 39-40), señala que la introducción de estas ingentes sumas en la economía romana habría dejado un rastro significativo, pero no hay evidencia de ello (citando a Brunt (1971, 459-460); Scheidel (1996); Duncan-Jones (1990, 43) y (1994, 253)). Beard, Mary (2007). The Roman Triumph(en inglés). Cambridge, Massachusetts y Londres: The Belknap Press of Harvard University Press. ISBN978-0-674-02613-1.
Beard (2007, p. 9) cita los muy dudosos «75 100 000» de dracmas que, según Apiano, exhibió en la procesión, como 1,5 veces su propia estimación de los ingresos fiscales anuales totales de Roma (Apiano, Mitrídates, 116). Beard, Mary (2007). The Roman Triumph(en inglés). Cambridge, Massachusetts y Londres: The Belknap Press of Harvard University Press. ISBN978-0-674-02613-1.
Beard, 2007, pp. 93-95, 258. En la celebración de su triunfo conjunto del 71 d. C., Tito y Vespasiano ofrecieron a sus soldados un antiguo y posiblemente tradicional «desayuno triunfal». Beard, Mary (2007). The Roman Triumph(en inglés). Cambridge, Massachusetts y Londres: The Belknap Press of Harvard University Press. ISBN978-0-674-02613-1.
Beard, 2007, pp. 258-259; cf. la frase de Livio «Soldados que se dan un festín mientras avanzan» en el triunfo de Cincinato (458 a. C.). Beard, Mary (2007). The Roman Triumph(en inglés). Cambridge, Massachusetts y Londres: The Belknap Press of Harvard University Press. ISBN978-0-674-02613-1.
Beard, 2007, pp. 61-62, 66-67. La edición moderna estándar de los Fasti Triumphales es la del arqueólogo y epígrafo italiano Attilio Degrassi, en Inscriptiones Italiae, vol. XIII, fasc. 1 (Roma, 1947) Beard, Mary (2007). The Roman Triumph(en inglés). Cambridge, Massachusetts y Londres: The Belknap Press of Harvard University Press. ISBN978-0-674-02613-1.
Beard, 2007, p. 42; cuatro de ellos en un año (71 a. C.), incluido el segundo de Pompeyo. Beard, Mary (2007). The Roman Triumph(en inglés). Cambridge, Massachusetts y Londres: The Belknap Press of Harvard University Press. ISBN978-0-674-02613-1.
Cicerón, Bruto, 62. Ver también Livio, 8, 40.Beard (2007, p. 79) señala al menos un caso antiguo de lo que parece una invención flagrante, en el que dos triunfos ancestrales se convirtieron en tres. Beard, Mary (2007). The Roman Triumph(en inglés). Cambridge, Massachusetts y Londres: The Belknap Press of Harvard University Press. ISBN978-0-674-02613-1.
Beard, 2007, p. 53; en su preparación, el papa Paulo III encargó la eliminación de cualquier edificio que obstruyera la tradicional Via Triumphalis. Beard, Mary (2007). The Roman Triumph(en inglés). Cambridge, Massachusetts y Londres: The Belknap Press of Harvard University Press. ISBN978-0-674-02613-1.
Beard, 2007, p. 31. Ver 32, Fig. 7 para una representación contemporánea de la procesión «romanizada» de Enrique II. Beard, Mary (2007). The Roman Triumph(en inglés). Cambridge, Massachusetts y Londres: The Belknap Press of Harvard University Press. ISBN978-0-674-02613-1.
Ver discusión en Beard (2007, pp. 199-206, 209-210). Las «leyes triunfales» de Livio se remontan a los triunfos antiguos, tradicionales, pero probablemente reinventados tras la expansión de la Roma republicana al Imperio y su derrota de los reyes extranjeros; su idea era que los generales triunfadores debían poseer el nivel más alto de imperium (Livio, 38.38.4, en el caso del de Escipión el Africano del año 206 a. C.), pero esto se contradice con los estatus de Polibio 11.33.33.7 y de Pompeyo en el momento en que obtuvieron su primer triunfo. La tradición era probablemente una indicación de estima y popularidad de que los generales triunfadores en la República habían sido proclamados espontáneamente como imperator por sus tropas en el campo de batalla; no era un requisito absoluto —ver Beard (2007, p. 275)—. La obtención de los auspicios divinos antes de la batalla estaba reservada formalmente al más alto magistrado en el campo, pero una victoria demostraba que un comandante debía haber complacido a los dioses, cualesquiera que fueran las sutilezas de su autoridad. Por el contrario, una batalla perdida era un signo seguro de abandono divino; ver Rosenberger (2003, p. 371, nota 39)Beard, Mary (2007). The Roman Triumph(en inglés). Cambridge, Massachusetts y Londres: The Belknap Press of Harvard University Press. ISBN978-0-674-02613-1.Beard, Mary (2007). The Roman Triumph(en inglés). Cambridge, Massachusetts y Londres: The Belknap Press of Harvard University Press. ISBN978-0-674-02613-1.Rosenberger, Veit (2003). «The Gallic Disaster». The Classical World(en inglés)96 (4): 365-373. JSTOR4352787.
Beard et al., 1998, pp. 44-5, 59-60. Ver también Plutarco, Rómulo en MIT.edu. Beard, M.; Price, S.; North, J. (1998). Religions of Rome: Volume 1, a History(en inglés). Cambridge University Press. ISBN0-521-31682-0.
Plinio atribuye la invención del triunfo al Liber Pater (identificado con Dioniso). Ver Plinio, Historia Naturalis, 7.57.
uchicago.edu
penelope.uchicago.edu
Ver también Diodoro, 4.5 en Thayer, Uchicago.edu; Polibio, 10.2.20, quien sugiere que la asunción de las conexiones divinas por parte de Escipión (y el favor personal de la divina guía) no tenía precedentes y parecía sospechosamente «griega» para sus coetáneos más conservadores; y Galinsky (1972, pp. 106, 126-49) para las asociaciones heráclita y hercúlea de Alejandro, Escipión y, posteriormente, los generales romanos triunfadores. Galinsky, Karl (1972). The Herakles Theme: The Adaptations of the Hero in Literature from Homer to the Twentieth Century(en inglés). Blackwell. ISBN0-631-14020-4.
Para más detalles sobre el tercer triunfo de Pompeyo, ver también Plutarco, Sertorio, 18.2 en Uchicago.edu: Cicerón, Man. 61: Plinio, Nat. 7, 95.
Suetonio, Vidas: Claudio, 24.3. Le fue otorgado por la conquista de Britania. A Claudio le «concedió» un triunfo el Senado y otorgó «vestiduras triunfales» a su futuro yerno, que todavía era «solo un niño».
Taylor, 1975, p. 57, citando a Cicerón, Cartas a Ático 1.18.6, y Veleyo Patérculo, 2.40.4. Taylor, Lily Ross (1975) [1931 (American Philological Association)]. The Divinity of the Roman Emperor(en inglés). Arno Press.