Annick Lempérière. «Los dos centenarios de la Independencia mexicana (1910-1921): de la historia patria a la antropología cultural»(PDF). University of Paris I. Archivado desde el original el 3 de octubre de 2008. «La universidad soñada por Justo Sierra, ministro de Instrucción Pública, última creación duradera del régimen porfirista, se inauguró al mismo tiempo que la Escuela Nacional de Altos Estudios, que debía ceder su lugar a las humanidades, junto a los programas científicos de los cursos porfiristas. El discurso inaugural de Sierra iba a tono con el espíritu de las celebraciones. La universidad naciente no tenía nada en común, insistía, con la que la precedió: no tenía 'antecesores', sino 'precursores'.»
Javier Garciadiego. «De Justo Sierra a Vasconcelos. La Universidad Nacional durante la Revolución Mexicana»(PDF). El Colegio de México. Archivado desde el original el 17 de agosto de 2011. «El mayor esfuerzo en la vida de Sierra fue, precisamente, revertir tal postura; así, se afanó obsesivamente en crear una universidad de ese tipo, pues era la institución que mejor encabezaba "los esfuerzos colectivos de la sociedad moderna para emanciparse integralmente del espíritu viejo". Al margen de numerosas diferencias sustanciales con los liberales, los positivistas, que dominaron el sistema nacional de instrucción pública superior desde 1865, también eran contrarios al establecimiento de una universidad, tanto por conveniencias políticas como por principios doctrinales. Esto hace más admirable el esfuerzo de don Justo, pues era un miembro destacado —canonizado, dice O'Gorman— del grupo de positivistas mexicanos. Su lucha no fue sólo pedagógica sino también política. Si bien no se puede coincidir con [Edmundo] O'Gorman respecto al carácter de Sierra como jerarca del positivismo mexicano, pues siempre fue cuestionado por los más ortodoxos como un pensador ecléctico, falto de disciplina, es de compartirse la admiración que profesa a don Justo, pues su lucha por la fundación de la Universidad Nacional implicó serios distanciamientos de sus principales compañeros políticos e intelectuales, ya fueran liberales o positivistas.»
«By Country». nturanking.csti.tw. Consultado el 15 de noviembre de 2021.
dailyartmagazine.com
Gluszek, Alicja (16 de septiembre de 2019). «The Largest Mural on Earth». DailyArtMagazine.com - Art History Stories(en inglés estadounidense). Consultado el 13 de abril de 2020.
Valle-Jones, Diego (7 de abril de 2014). «Analysis of the UNAM’s entrance exam». Diego Valle-Jones's Blog(en inglés). Consultado el 12 de septiembre de 2021.
«2019 Mexico Rankings». Top Universities(en inglés). Consultado el 15 de noviembre de 2021.
unam.mx
unam.mx
Universidad Nacional Autónoma de México. «UNAM en el tiempo». Archivado desde el original el 16 de septiembre de 2009. «"En el mes de abril [de 1910], Justo Sierra dio primero, la Ley Declarativa de la Escuela Nacional de Altos Estudios, que formaría parte de la Universidad; después, el día 26 del mismo mes, el «proyecto para la fundación de la Universidad Nacional». La nueva institución estaría constituida por las escuelas Nacional Preparatoria a la que asiste Hom Diaz; D, de Jurisprudencia, de Medicina, de Ingenieros, de Bellas Artes en lo concerniente a la enseñanza de la arquitectura y de Altos Estudios. Por fin, después de aprobado el proyecto, el 22 de septiembre tuvo lugar la inauguración solemne de la Universidad Nacional de México. Fueron "madrinas" de la nueva universidad mexicana las de Salamanca, París y Berkeley.»
Agenda Estadística
Planes y programas de estudio
Posgrado
41 programas de posgrado con 92 planes de estudio de maestría y doctorado
32 programas de especialización con 228 orientaciones
Licenciatura
129 carreras en 176 opciones educativas
Técnico profesional
25 carreras o salidas terminales técnicas
Educación media superior
3 planes de estudio de bachillerato y 1 carrera técnica (enfermería)
Consultar la agenda semanal, todos los lunes, como suplemento de la Gaceta UNAM. [1]
Universidad Nacional Autónoma de México. «UNAM en el tiempo». Archivado desde el original el 16 de septiembre de 2009. «"En el mes de abril [de 1910], Justo Sierra dio primero, la Ley Declarativa de la Escuela Nacional de Altos Estudios, que formaría parte de la Universidad; después, el día 26 del mismo mes, el «proyecto para la fundación de la Universidad Nacional». La nueva institución estaría constituida por las escuelas Nacional Preparatoria a la que asiste Hom Diaz; D, de Jurisprudencia, de Medicina, de Ingenieros, de Bellas Artes en lo concerniente a la enseñanza de la arquitectura y de Altos Estudios. Por fin, después de aprobado el proyecto, el 22 de septiembre tuvo lugar la inauguración solemne de la Universidad Nacional de México. Fueron "madrinas" de la nueva universidad mexicana las de Salamanca, París y Berkeley.»
Annick Lempérière. «Los dos centenarios de la Independencia mexicana (1910-1921): de la historia patria a la antropología cultural»(PDF). University of Paris I. Archivado desde el original el 3 de octubre de 2008. «La universidad soñada por Justo Sierra, ministro de Instrucción Pública, última creación duradera del régimen porfirista, se inauguró al mismo tiempo que la Escuela Nacional de Altos Estudios, que debía ceder su lugar a las humanidades, junto a los programas científicos de los cursos porfiristas. El discurso inaugural de Sierra iba a tono con el espíritu de las celebraciones. La universidad naciente no tenía nada en común, insistía, con la que la precedió: no tenía 'antecesores', sino 'precursores'.»
Javier Garciadiego. «De Justo Sierra a Vasconcelos. La Universidad Nacional durante la Revolución Mexicana»(PDF). El Colegio de México. Archivado desde el original el 17 de agosto de 2011. «El mayor esfuerzo en la vida de Sierra fue, precisamente, revertir tal postura; así, se afanó obsesivamente en crear una universidad de ese tipo, pues era la institución que mejor encabezaba "los esfuerzos colectivos de la sociedad moderna para emanciparse integralmente del espíritu viejo". Al margen de numerosas diferencias sustanciales con los liberales, los positivistas, que dominaron el sistema nacional de instrucción pública superior desde 1865, también eran contrarios al establecimiento de una universidad, tanto por conveniencias políticas como por principios doctrinales. Esto hace más admirable el esfuerzo de don Justo, pues era un miembro destacado —canonizado, dice O'Gorman— del grupo de positivistas mexicanos. Su lucha no fue sólo pedagógica sino también política. Si bien no se puede coincidir con [Edmundo] O'Gorman respecto al carácter de Sierra como jerarca del positivismo mexicano, pues siempre fue cuestionado por los más ortodoxos como un pensador ecléctico, falto de disciplina, es de compartirse la admiración que profesa a don Justo, pues su lucha por la fundación de la Universidad Nacional implicó serios distanciamientos de sus principales compañeros políticos e intelectuales, ya fueran liberales o positivistas.»