(ES) Versione in lingua originale: "Galicia se redujo a las leyes de la justicia, a donde el rey puso audiencias. En aquel tiempo se
comenzó a domar aquella tierra de Galicia, porque no sólo los señores y caballeros della pero
todas las gentes de aquella nación eran unos contra otros muy arriscados y guerreros, y viendo lo
que pasaba por el conde -que era gran señor en aquel reino- se fueron allanando y reduciendo a
las leyes de la justicia con rigor del castigo.
Volvió el rey de Galicia a Salamanca en fin del mes de noviembre, y desde aquella ciudad se envió
su audiencia real formada a Galicia, para que residiese en aquel reino y con la autoridad de los
gobernadores y jueces que allí presidiesen y con rigurosa ejecución se administrase la justicia; y el
arzobispo de Santiago les entregó su iglesia habiendo pasado por el estado del conde de Lemos y
por todas las otras tierras de señores que hay hasta llegar a su arzobispado sin ser recibidos los
oidores: tan duros y pertinaces estaban en tomar el freno y rendirse a las leyes que los reducían a
la paz y justicia, que tan necesaria era en aquel reino, prevaleciendo en él las armas y sus bandos
y contiendas ordinarias, de que se siguían muy graves y atroces delitos y insultos. En esto y en
asentar otras cosas, se detuvieron algunos días el rey y la reina en la ciudad de Salamanca." - Anais da coroa de AragónArchiviato il 13 aprile 2009 in Internet Archive., Libro XX, Capitolo LXIX.
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(ES) Versione in lingua originale: "Galicia se redujo a las leyes de la justicia, a donde el rey puso audiencias. En aquel tiempo se
comenzó a domar aquella tierra de Galicia, porque no sólo los señores y caballeros della pero
todas las gentes de aquella nación eran unos contra otros muy arriscados y guerreros, y viendo lo
que pasaba por el conde -que era gran señor en aquel reino- se fueron allanando y reduciendo a
las leyes de la justicia con rigor del castigo.
Volvió el rey de Galicia a Salamanca en fin del mes de noviembre, y desde aquella ciudad se envió
su audiencia real formada a Galicia, para que residiese en aquel reino y con la autoridad de los
gobernadores y jueces que allí presidiesen y con rigurosa ejecución se administrase la justicia; y el
arzobispo de Santiago les entregó su iglesia habiendo pasado por el estado del conde de Lemos y
por todas las otras tierras de señores que hay hasta llegar a su arzobispado sin ser recibidos los
oidores: tan duros y pertinaces estaban en tomar el freno y rendirse a las leyes que los reducían a
la paz y justicia, que tan necesaria era en aquel reino, prevaleciendo en él las armas y sus bandos
y contiendas ordinarias, de que se siguían muy graves y atroces delitos y insultos. En esto y en
asentar otras cosas, se detuvieron algunos días el rey y la reina en la ciudad de Salamanca." - Anais da coroa de AragónArchiviato il 13 aprile 2009 in Internet Archive., Libro XX, Capitolo LXIX.