Sociedad Biosófica: «¿Por qué la biosofía?», artículo publicado en la Revista Biosofía (España), edición n.º 1.
Desde una postura no académica, y sí más vivencial, el verdadero esoterismo no tiene nada que ver con supersticiones, creencias y fenómenos milagreros, posturas que ―juntamente con las del fanatismo, el sectarismo y la intolerancia― se colocan entre los grandes obstáculos para la madurez evolutiva del ser humano, y para el crecimiento para una conciencia más amplia y más libre. El esoterismo propugna por el reconocimiento de una sabiduría universal que atraviesa múltiples tiempos y latitudes (con sus peculiaridades civilizatorias y culturales), y que ha ido (y continuará) manifestándose a través de las más diversas formas y tradiciones ―religiosas, filosóficas y científicas― capaces de contribuir a su comprensión. Entiende el espíritu y la materia como los dos polos (o el padre y la madre, de cuya relación nace la conciencia individual) de la vida universal que los sintetiza, y por eso sustenta la posibilidad de una conciencia del espíritu o ciencia esotérica ―incidente sobre el mundo interno de causas, valores y significados― de la misma manera como se considera posible una ciencia de la materia ―el mundo externo de los efectos fenoménicos, de los objetos y significantes.