Analysis of information sources in references of the Wikipedia article "Populismo" in Spanish language version.
Un tipo de comportamiento recurrente de parte de los Estados latinoamericanos que sirve para explicar una «inestabilidad macroeconómica» […] y se define por «los episodios inflacionarios, las crisis en las balanzas de pagos y los penosos esfuerzos de estabilización». […] «han intentado resolver los problemas de la desigualdad del ingreso mediante el uso de políticas macroeconómicas demasiado expansivas». […] Las causas de tales recaídas son «los efectos devastadores de la Gran Depresión, las vastas desigualdades del ingreso, una confianza ingenua en la capacidad de los gobiernos para sanar todos los males sociales y económicos, y las ideas de la CEPAL en los años 50
La miopía eurocéntrica, no solo de estudiosos de Europa o de Estados Unidos sino también de los de América Latina, ha difundido y cuasi impuesto universalmente el nombre de populismo para esos movimientos y proyectos que, sin embargo, tienen poco en común con el movimiento de los narodnikis rusos del siglo XIX o del populismo estadounidense posterior. Una discusión de estas cuestiones en mi texto Fujimorismo y populismo, en Burbano de Lara (editor), El fantasma del populismo, Nueva Sociedad, Caracas, 1998
Populismo. Es la palabra mágica para desacreditar a los gobernantes de izquierda. «El populismo cambia las reglas», era el titular de El País del 14 de mayo [de 2006] para informar de la nacionalización en Bolivia. Como de derechas no les pueden llamar, decirles de izquierda no sirve para desautorizar y de dictadores no pueden acusarles, se han inventado el término populismo. Nacionalizar los recursos, aplicar políticas sociales de redistribución de la riqueza, luchar contra el analfabetismo y llevar médicos a las zonas pobres es populismo. Dice Emir Sader que «el término populista ha sido retomado en el marco del discurso neoliberal, para designar a las políticas consideradas irresponsables, aventureras, inflaccionarias, que promueven concesiones sociales incompatibles con las leyes de hierro del ajuste fiscal». José María Aznar ya clamaba en Miami en una conferencia en junio de 2005 afirmando que «el populismo ya no es un potencial peligro en Iberoamérica sino una realidad. Ya comienza a incendiar países y hay que pensar cómo apagarlo». Solo el neoliberalismo, afirma Emir Sader, puede diabolizar un concepto que tiene su origen en la palabra pueblo. Como dice el profesor de la Universidad Complutense de Madrid y columnista del diario mexicano La Jornada, Marcos Roitman, sobre el término populismo pesa una maldición, «sin necesidad de explicar su significado, cuando se trae de la mano se convierte en un insulto». Ya no hace falta desarrollar cuáles son los elementos negativos de la política de un líder popular, se le acusa de populismo y resuelto. He aquí la mejor herramienta contra Chávez o Morales. Además es muy flexible, sirve para meter en el mismo saco a Chávez, a Fujimori, a Perón... Por supuesto a ningún líder europeo.
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sin título (ayuda).En el lenguaje corriente, ciertos políticos y académicos descalifican, abominan del término «populismo». Los «izquierdistas» critican al populismo porque éste no apunta a erradicar el sistema capitalista. Los conservadores lo critican porque, aun incompletamente, defiende más los intereses de los sectores populares.
Se lo usa, se lo invoca de manera peyorativa, como un insulto, como si fuera una «mala» palabra. Por cierto, populismo se deriva de lo popular, de pueblo. ¿Estará mal hablar de lo popular/pueblo o encarar políticas en defensa de lo popular?
En contraposición, ¿estos sectores preferirían emplear el concepto de elitismo o de grupos selectos (no populares) que serían diferentes y mejores que la gente común? Intentan vilipendiar y construir una idea estigmatizante, desvalorizada de lo popular, desde su propia posición de clase. Algunos por odio de clases y otros por inveterada miopía intelectual, reflotan la vieja antinomia de «popular versus antipopular».
Es casi una cuestión de definiciones de manual: el populismo se construye con clientelismo, el peronismo kirchnerista es populista y por lo tanto también es clientelista, lo que implica su desaparición si pierde la fuente del clientelismo que es el Gobierno.
En Europa se llama populista a un tipo como Berlusconi o a los neonazis. Son fuerzas reaccionarias, conservadoras, que se sustentan con dádivas. De alguna manera, eso fue Carlos Menem o en eso lo convirtió el neoliberalismo. Pero el menemismo prácticamente desapareció y en cambio el peronismo ya va a cumplir setenta años. Hay una diferencia entre la fugacidad del menemismo y la pervivencia del peronismo.
Para menemistas y antiperonistas, el peronismo es una máquina de poder sin contenido. Da lo mismo Perón que Menem o Kirchner, porque sólo lo define su proximidad con el poder. Es una calificación devastadora para el peronismo e infinitamente cruel y despectiva para los sectores populares. En ese aspecto aparece como una mirada muy clasista, con poco conocimiento de la naturaleza concreta de lo que habla, porque niega toda capacidad de inteligencia y solidaridad a los pobres.
El menemismo no fue lo mismo que Perón o Kirchner, sino todo lo contrario, porque expresó la derrota de los movimientos populares y progresistas frente a la hegemonía fenomenal del neoliberalismo en el mundo a partir de la globalización. El peronismo menemista fue el encargado de destruir las conquistas logradas por el peronismo en Argentina al mismo tiempo que en Europa era la misma socialdemocracia la que enterraba al Estado de Bienestar que había levantado.
Populismo. Es la palabra mágica para desacreditar a los gobernantes de izquierda. «El populismo cambia las reglas», era el titular de El País del 14 de mayo [de 2006] para informar de la nacionalización en Bolivia. Como de derechas no les pueden llamar, decirles de izquierda no sirve para desautorizar y de dictadores no pueden acusarles, se han inventado el término populismo. Nacionalizar los recursos, aplicar políticas sociales de redistribución de la riqueza, luchar contra el analfabetismo y llevar médicos a las zonas pobres es populismo. Dice Emir Sader que «el término populista ha sido retomado en el marco del discurso neoliberal, para designar a las políticas consideradas irresponsables, aventureras, inflaccionarias, que promueven concesiones sociales incompatibles con las leyes de hierro del ajuste fiscal». José María Aznar ya clamaba en Miami en una conferencia en junio de 2005 afirmando que «el populismo ya no es un potencial peligro en Iberoamérica sino una realidad. Ya comienza a incendiar países y hay que pensar cómo apagarlo». Solo el neoliberalismo, afirma Emir Sader, puede diabolizar un concepto que tiene su origen en la palabra pueblo. Como dice el profesor de la Universidad Complutense de Madrid y columnista del diario mexicano La Jornada, Marcos Roitman, sobre el término populismo pesa una maldición, «sin necesidad de explicar su significado, cuando se trae de la mano se convierte en un insulto». Ya no hace falta desarrollar cuáles son los elementos negativos de la política de un líder popular, se le acusa de populismo y resuelto. He aquí la mejor herramienta contra Chávez o Morales. Además es muy flexible, sirve para meter en el mismo saco a Chávez, a Fujimori, a Perón... Por supuesto a ningún líder europeo.
Un tipo de comportamiento recurrente de parte de los Estados latinoamericanos que sirve para explicar una «inestabilidad macroeconómica» […] y se define por «los episodios inflacionarios, las crisis en las balanzas de pagos y los penosos esfuerzos de estabilización». […] «han intentado resolver los problemas de la desigualdad del ingreso mediante el uso de políticas macroeconómicas demasiado expansivas». […] Las causas de tales recaídas son «los efectos devastadores de la Gran Depresión, las vastas desigualdades del ingreso, una confianza ingenua en la capacidad de los gobiernos para sanar todos los males sociales y económicos, y las ideas de la CEPAL en los años 50